Al final del tercer mes, la mayoría de los síntomas característicos de las semanas anteriores disminuyen en intensidad, en particular las molestias digestivas. Esto hace que el apetito aumente y la atracción por ciertos alimentos sorprenda a la propia mujer. De allí derivan los llamados "antojos".
El decaimiento y la fatiga que a veces se observan en éste período, son expresión de las adaptaciones requeridas por el embarazo. El menor rendimiento físico, es una verdadera invitación a la mujer para adquirir una mayor conciencia de su estado, lo que le da la posibilidad de mirar la realidad diaria desde una perspectiva nueva y sorprendente.
Comienza la acumulación de grasas en la región de las mamas y del abdomen, el que comienza a notarse más abultado.
El útero grávido, situado por sobre el pubis de la madre, es reconocible como tal fácilmente por un especialista.