Me levantΘ perezoso aquel sßbado Navide±o. RetocΘ unos minutos en la cama imaginando una posible escena er≤tica allφ mismo con Natalia. RecordΘ aquella Θpoca en la que disfrutaba de sus piernas y tuve que apartar rapidamente ese pensamiento para no ponerme "nervioso". Decidφ llamarla; definitivamente accederφa sin pesta±ear a pasar un magnφfico fin de a±o en la casa de Baqueira. Efectivamente sucumbi≤.

Feliz por mi triunfo me dφ unos golpecitos en el pecho y me dirigφ hacia Billy, mi espejo. Nos gui±amos el ojo y chocamos esos cinco. Me preparΘ los conjuntos de esquφ que sin duda me permitirφan volver a reconquistarla y salφ flechado hacia su casa.

El reencuentro no fue sino emocionante. Vino hacia el coche cual exhalaci≤n alegando la tonta excusa de que se morφa de frφo. "QuΘ tφpico"-pensΘ- hice como si me lo hubiera creido. La mirΘ, me atusΘ el pelo en el retrovisor y puse en marcha a Kit, (mi BMW), el coche que Michael Knight siempre quiso pero no tuvo mßs que en pelφcula.

Habφan anunciado temporal y recomendaron no salir de viaje salvo que fuera estrictamente necesario, pero la ocasi≤n lo hacφa estrictamente necesario y ademßs para Kit no habφa temporal que se resistiese. Sin embargo en Lleida se puso a nevar, (a ver si al final iban a tener raz≤n los hombres del tiempo;) y pronto tuvimos que parar pues el coche no respondφa: Habφa que poner cadenas. Rßpidamente estuvieron puestas, pero parecφa que la nieve se hacφa de rogar. No pude entender por quΘ Kit, siendo Kit, no tenφa un dispositivo antinieve mßs sofisticado.

El coche no paraba de dar bandazos y parecφa querer girar sobre sφ mismo. En definitiva, no andaba. IntentΘ darle unos comandos verbales, pero parecφa que eso s≤lo funcionaba en la pelφcula (estas gracias s≤lo se me ocurren a mφ...). Nos quedamos tirados en la carretera. AbracΘ a mi chica y le dφ ßnimos, al fin y al cabo no era culpa mφa que el chofer de papß no hubiera llevado el coche al taller para poner a punto los neumßticos. Ella lo comprendi≤ y se sinti≤ protegida por mi presencia.