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El ojo crφtico menos cualificado de la ciudad

Por Carlos Atienza

Madrid, 20 de noviembre del 96.


QuΘ difφcil me ha sido encontrar un hueco en mi apretada agenda para relatar los acontecimientos de esta semana, pero al final he podido(cancelando una cita con uno de los que cortan el bacalao en el mundo de la noche; que le den morcilla).

Como ya dije, la fiesta de mi casa fue todo un Θxito. Llegada la hora tuve que echarles con cajas destempladas, pues no se querφan ir y yo tenφa otros menesteres, como por ejemplo disfrutar de una linda barbie rubia que morφa por mis huesos. Pero nada que ver mi fiesta con la que tuve al dφa siguiente en el Palacio de Gaviria.

Me llam≤ mi amigo y compa±ero de aventuras Mario, y me dijo que le habφan mandado invitaciones; me extra±≤ que a mi no me hubieran llegado, pues estoy en todas las bases de datos de la noche madrile±a, como es natural. PensΘ si me iba a vestir especialmente para la ocasi≤n, pero me di cuenta de que poco importaba, pues ellas caerφan rendidas a mis pies. Asφ que decidφ no arreglarme demasiado, pues tampoco querφa eclipsar a los demßs. Tenφa la noche guapa y graciosa y me sentφa inspirado.

El ambiente de la fiesta era el esperado: ellos guapos, ellas preciosas, glamour y alcohol. Mario me contaba chistes de mal gusto, y con mi caracterφstico estilo Chiquito de la Calzada le dije que era mßs verde que la Rana Gustavo, por la gloria de mi madre, jar. No puso muy buena cara, posiblemente porque le darφa rabia no poder ser tan ocurrente como yo.

Mario desapareci≤ y yo me dediquΘ a hablar con el camarero, que iba vestido de mayordomo. Le contΘ la semana tan ajetreada que habφa tenido, llena de citas inaplazables; Θl me miraba sin inmutarse, probablemente le habrφan prohibido hablar. Decidφ que lo que necesitaba era un poco de marcha en su vida y le invitΘ a la pr≤xima fiesta que hiciera en casa, diciΘndole que se lo iba a pasar mejor que el coyote en el funeral de correcaminos, por la gloria de mi madre. No se ri≤. Me di cuenta de que realmente era un tipo duro, de los de antes, y le dije que estaba mßs serio que Jordi Estadella en el semßforo, jar. Se dio media vuelta y se fue.

Decidφ que mi misi≤n en la fiesta no era perder el tiempo entreteniendo a los mayordomos, y me fui en busca de mi compa±ero de aventuras, Mario. Entre tanta gente era difφcil divisarle, sobre todo por la cabeza de un se±or altφsimo que llevaba un mon≤culo. Me acerquΘ a Θl y le dije que era mßs largo que las patillas de Curro Jimenez. Abri≤ los ojos con sorpresa y el mon≤culo se le cay≤. Era realmente un asombro para una persona de edad como Θl descubrir que los j≤venes de hoy somos tan ocurrentes. Le preguntΘ si le habφa gustado, pero pareci≤ no entender la pregunta. Se la repetφ. Se encogi≤ de hombros. Le dije que estaba mßs sordo que el se±or del Wisper-XL, jar.

Decidφ que mi misi≤n en la fiesta no era perder el tiempo entreteniendo a sordos, asφ que seguφ en busca de Mario. Por fin le encontrΘ, estaba rodeado de chicas-bomb≤n. Me habφa estado buscando como un condenado, me dijo, a lo que le contestΘ que estaba mßs despistado que Marco el dφa de la madre. (QuΘ gracioso). Inexplicablemente se puso nervioso y me grit≤. Le dije que estaba mßs agresivo que el tigre de los frostis. De repente se fue. Mejor para mφ, pues me quedΘ yo solo hablando con todas las chicas-bomb≤n. Les contΘ varios chistes y anΘcdotas y se rieron mucho. Les invitΘ a mi pr≤xima fiesta y quedaron encantadas. Nos intercambiamos telΘfonos y nos hicimos fotos juntos, pero en el fondo eran tontas. Al cabo de media hora no tenφa nada mßs que decirles y Mario no aparecφa.

Decidφ que mi misi≤n en la fiesta no era perder el tiempo entreteniendo a las tontas, asφ que volvφ en busca de Mario. DespuΘs de dar varias vueltas sin encontrarle me metφ en el ba±o y ante mi asombro encontrΘ a Mario con el mayordomo y el se±or del mon≤culo. Siempre habφa pensado que mi Mario perdφa aceite, pero nunca pude imaginar que fuera capaz de hacΘrselo con semejantes sujetos, con la cantidad de modelos guapos que hay por ahφ.

íí y Decidφ entonces que mi misi≤n en la fiesta no era perder el tiempo con julandrones!!, asφ que me fui a casa. Ma±ana serφa otro dφa.