![[Figura: Copa larga de cerveza]](/file/34401/Supernet21.iso/offline/w03/images/z0000015.jpg)
Cerveza: un placer para los sentidos
Antes de empezar, quiero dedicar esta página a dos personas y un lugar: Alex
e Inma, las almas de la Cervecería "Jazz", escondite
donde he pasado ratos inolvidables y el único lugar del planeta hasta
donde los problemas no han conseguido perseguirme. A ellos, que me han dado la
motivación para escribir esta página (y, por qué no decirlo,
gran parte de la información que contiene), GRACIAS.
...Y, ya que estamos aquí, vamos a hablar un poco de la cerveza. Os contaré
algo de su historia, os explicaré los distintos
tipos de cervezas que podeis saborear en distintas partes
del mundo, cómo apreciar mejor sus cualidades y
características... y, por supuesto, ya que esto es una página Web, también encontrareis
un montón de enlaces a otras páginas dedicadas a la cerveza y,
por supuesto, lugares de toda España donde tomarla con conocimiento
de causa. En fin, lo único que no os voy a explicar es cómo fabricar vuestra propia
cerveza; eso lo dejaré en manos de Steve, que fundó el
antiguo BBC (Barcelona Beer Center, que estaba en la calle San Agustín
número 14 de Barcelona), o bien de los señores
de la Asociación Americana de Fabricantes de Cerveza Casera
(American Homebrewers Association), que
agrupa a un montón de pequeños fabricantes de los Estados Unidos y Canadá.
Su nacimiento: La gourmet neolítica
Mientras el hombre se dedica a la caza, la mujer explora las
posibilidades de un nuevo descubrimiento llamado agricultura. Cuida las
plantas que sabe útiles, recoge, desentierra, descorteza y conserva todo
lo que sus manos encuentran. Empieza a cocinar el producto de sus
recolecciones obteniendo unas sopas claras, fermentadas, de gusto fuerte,
ácidas, amargas o ásperas. Las almacena para el invierno
mientras espera la cosecha de cereales. Así, esta gourmet neolítica
aplica fermentaciones alcohólicas a sus sopas. Unos ejemplos que nos
han llegado a través de los siglos son el kvas ruso, de centeno o
alforfón, de trigo o cebada, o el braga eslavo, a
base de mijo.
Gracias a unas tablillas de arcilla halladas en la tumba de Ti, en
Súmer, Mesopotamia, sabemos que ya unos 4000 años antes de Cristo se
preparaba una bebida a base de moler y cocer unos panes planos de cebada que,
posteriormente, se braceaban en agua azucarada y se dejaban reposar. Así
obtenían una cerveza que recibía el nombre de sikaru y que
es considerada la primera de la Historia.
Caminos de Asia
Para los chinos del año 3000 y 2000 antes de nuestra Era, la cerveza encarna dos
principios: el del elemento líquido, propenso a descender, y el del elemento espiritual, que
tiende a subir. Para entendernos, el agua y el fuego que, junto con la madera, el metal y la
tierra conforman los cinco elementos del pensamiento chino.
Para entonces ya se conocían tres clases de cerveza:
- La shu, obtenida por fermentación del mijo.
- La li, una cerveza de arroz suave e incolora.
- La chin, de candeal, clara y amarga, con un proceso de elaboración más largo.
![[Ilustración núm.2: Fábrica de saké]](/file/34401/Supernet21.iso/offline/w03/images/z0000018.jpg)
Además de estas tres alcanzó mucha popularidad el saké, que no es un aguardiente
como comúnmente se cree, sino una cerveza de arroz, puesto que en su elaboración no
entra ni una sombra de destilación o maceración en alcohol.
El guerrero ebrio
Con el tiempo, en todo lugar de Europa donde se cultivaba cebada o
candeal se empezó asimismo a fabricar cerveza. En la Edad del Bronce
nórdica, en la zona ocupada por la actual Dinamarca, se han hallado
recipientes de corteza con restos de una bebida fermentada compuesta por
cereales, miel, bayas y mirto. La cerveza era la bebida del guerrero en
las belicosas tribus del norte; se contaba que esta poción de héroes era
trofeo de batallas entre los gigantes y los dioses. También era símbolo
de prosperidad: cuando la malta desbordaba los graneros, la cerveza
corría para honrar a los dioses.
Con ayuda de la embriaguez se abre la puerta al juego de la muerte:
los dioses dan ejemplo del tránsito de la cerveza a la sangre.
En el banquete de Aegir, dios del mar y cervecero de los Ases, su
esposa Ran, diosa de la niebla, es una abastecedora extraña:
"...en aquel banquete todo parecía servirse solo: alimento, bebida y
cuanto accesorio fuera necesario. Fue cuando los Ases descubrieron que
Ran tenía una red que apresaba a todos los seres humanos que se
aproximaban por el mar..." Skaldska Parmà
Dräkkar hacia el Mediterráneo
Más tarde, en la Alta Edad Media, la Europa ya cristiana vivirá
la insaciable sed de los vikingos, que obligará a retroceder al vino
cristiano y hará avanzar la cerveza de nuevo hacia el
Mediterráneo, de donde los vinos griegos y romanos la habían
prácticamente desalojado.
A bordo de los Dräkkar daneses o noruegos, estos extraordinarios navegantes
embarcaban grandes cantidades de malta y toneles de agua para fabricar cerveza
a bordo. Así ofrendaban a Ran y a Aegir para que les librasen de naufragios
y se procuraban sin saberlo una vitaminada medicina contra el escorbuto.
Un detalle misterioso de la cerveza de los vikingos es que, entre los distintos
tipos que se fabricaban, existía uno basado en un tipo de cereal
que actualmente ya no se cultiva, llamado corsedela. Tanto este cereal
como las recetas para fabricar cerveza a partir de él se han perdido en
la noche de los tiempos sin dejar rastro. (Gracias a Alejandro Vesco, escritor
argentino, por este curioso dato).
El contacto con la cerveza no empieza en el primer sorbo, sino mucho
antes: el gesto experto con que se escancia en el vaso ya es, de por
sí, un regalo para la vista. Pero además, este gesto
tiene una finalidad: controlar la forma como la cerveza llega al vaso,
jarra o copa donde tendrá su último reposo antes de ser
bebida. Suavemente o de manera que forme una pequeña turbulencia
espumosa, la cerveza servida correctamente nos ofrece un abanico de
sensaciones visuales y olfativas antes de que la bebamos: el color, la
espuma, el aroma... Y, una vez toma contacto con nuestra boca, su
densidad y sus gases carbónicos nos producirán
sensaciones táctiles que complementarán su sabor.
Vertida adecuadamente, la cerveza nos ofrece a la vista varias
características:
- Su paleta de colores.
- Su espuma: textura y duración.
- Su transparencia.
Los colores que puede tomar una cerveza alcanzan una gama infinita:
desde el blanco casi marfileño de una Hoegaarden hasta el negro
regaliz de una Guiness, los matices pueden pasar una gama
infinita de amarillos, rojos y naranjas. Incluso las más oscuras
presentan sombras de tonos desde el rubí al ébano.
El nivel de oscuridad de una cerveza nos indica el grado de tueste del
grano utilizado para su elaboración: las más tostadas
suelen presentar un tono más oscuro, aunque no debemos tomar
esta regla como general puesto que en algunos procesos de
elaboración interviene un ingrediente que oscurece el color final: el
"caramelo". También debemos pensar que la
adición de aromas frutales que se hace en algunas cervezas (St.
Louis, por ejemplo) puede enrojecerlas y, por tanto, hacerles perder
luminosidad.
![[Figura: Página inacabada]](/file/34401/Supernet21.iso/offline/w03/images/z0000019.gif)
Sigo escribiendo todo lo que aprendo sobre la cerveza,
buscando información y haciéndola llegar a los gourmets. Si
sabes algo interesante, cuéntamelo para que pueda ponerlo aquí.
Si quieres, también puedes darte una vuelta por mi página principal.
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