La undécima fue la de conseguir las manzanas de los Jardines des Espérides. Este jardín se encontraba en la ladera del monte Atlante y durante el viaje Heracle mató al buitre que se comía el hígado de Prometeo y lo liberó. Cuando llegó a donde se encontraba Atlante, que estaba sosteniendo la bóveda celeste, le pidió su ayuda ofreciéndose para sostener el Cielo sobre sus hombros en su lugar. El titán aceptó y las Hespérides le dieron las manzanas sin problemas. Cuando volvió, Atlante decidió dejar el peso del Cielo sobre las espaldas de Heracle. Éste hizo como si estuviera de acuerdo, pero le pidió de sostener el peso sólo un momento más, mientras que él se colocaba un poco mejor: Atlante cayó en la trampa y Heracle tomó las manzanas y se fue.