IO Sacerdotisa de Hera. Zeus se enamoró de ella, pero Hera la transformó en una novilla blanca. Io, atormentada por un tábano enviado por Hera, recorrió toda la tierra sin pararse; estaba también vigilada por Argo, el pastor de los cien ojos que nunca dormía. La novilla en sus peregrinaciones llegó al mar que, por su nombre, se llama Jónico y finalmente a Egipto, donde fue alcanzada por Zeus que la transformó otra vez en mujer.