Elena y Páris escaparon refugiándose en Troya y Menelao para recuperar a su mujer reunió un ejercito de griegos que asedió la ciudad. Entre estos guerreros estaba también el hijo de Peleo y Tetis, Aquiles, que era invencible porque su madre lo había sumergido en el río Estigie sujetándolo por un talón, que se quedó como la única parte de su cuerpo que podía ser herida. Aquiles tenía también dos armas excepcionales construidas por Efesto y era un guerrero despiadado y muy feroz. Según una profecía Aquiles tenía dos posibilidades: o vivir largos años sin gloria o morir en Troya valerosamente. Entonces su madre lo escondió entre las mujeres del palacio real de Licomedes, disfrazado de chica.