Ade no quería devolver a Perséfone, entonces Zeus propuso un acuerdo: Perséfone viviría sobre la Tierra dos tercios del año, y los restantes cuatro meses los pasaría con su esposo en la Ultratumba, determinando así la llegada del invierno en la Tierra. Las compañeras de Perséfone que no la habían defendido cuando fue raptada, fueron transformadas en Sirenas, monstruos medio mujer y medio pez, que con sus cantos muy dulces hechizaban a los marineros causando su naufragio.