El barquero Carón tenía que ser pagado y entonces se ponía en la boca de los muertos una moneda. No existía el concepto del Paraíso, y la Ultratumba comprendía los Campos Elisios donde quedaban en paz los buenos y el Tártaro, donde se castigaba a los condenados. Como guardián de la entrada del Tártaro estaba el perro con tres cabezas Cerbero. Los muertos eran juzgados por Minos, Radamanto y Èaco, hombres de estirpe divina que habían sido célebres en sus vidas por su justicia. Sobre el Inferior reinaban Ade y Perséfone. Ade consiguió este dominio cuando se repartió el Universo con sus hermanos Zeus y Poseidón.