Cuando la mujer mortal Niobe se regocijó de tener doce hijos mientras que la madre de Apolo, Leto, solo dos, éstos, Apolo y Artemis, hirieron con sus flechas a los hijos de Niobe y los mataron a todos. Niobe petrificada por el dolor, se transformó en una piedra que sigue llorando. Como Apolo era el dios del sol, Artemis, su gemela, era la diosa de la Luna. Además, como su hermano, era muy hábil con el arco. A causa de su pasión por la caza decidió no casarse y fue una de las pocas diosas que se resistió al poder de Afrodita.