Cuando Apolo lo castigó, Eros le hizo enamorarse de la ninfa Dafne, hiriéndola a ella con la flecha de la indiferencia. Apolo persiguió a Dafne por todo el mundo, pero cuando estaba por alcanzarla ella se transformó en una planta de laurel que, desde aquel momento fue la planta sagrada del dios del arte. Es por este motivo que los poetas son retratados coronados de laurel. Apolo era un dios importante que daba poca confianza a los humanos. Además de ser el protector de las artes y de la poesía, era el dios del sol y recorría las calles del cielo sobre el coche construido por Efesto.