Se consideraba al mismo nivel de Zeus y cuando éste parió a Atena él sólo, ella intentó hacer lo mismo. Pero, el hijo que tuvo fue el feo Efesto, y ella lo echó del Olimpo y lo dejó cojo. A pesar de su fealdad y del hecho de que era cojo, Efesto se reveló como un dios muy importante: era el herrero de los dioses y construía sus armas y todos los objetos más increíbles. Era muy bueno y servicial, y probablemente su existencia era debida a que los antiguos quisieron introducir entre los dioses también la fealdad junto con la bondad para que todas las características humanas fuesen representadas.