La diosa más importante era la mujer de Zeus, Hera. Era representada como una mujer de belleza estatuaria, con los cabellos largos, alta e imponente. Era la diosa de la fidelidad conyugal y protegía a las mujeres y sobre todo a las parturientas. Tenía un carácter fuerte y no se sometía a su marido y tampoco le perdonaba sus aventuras con otras mujeres. Perseguía siempre a los hijos que él tuvo fuera del matrimonio. Era muy pedante y detestaba los retrasos: cuando una ninfa llegó tarde a su boda por culpa de las sandalias que le estaban estrechas, Hera la transformó en tortuga.