La Frontera
Como ellos mismos dicen, "Siempre hay algo que celebrar", pero no precisamente este disco. No contentos con "reinventarse" a base de increφbles disfraces -adoptando una estudiadφsima, y falsa cual duro de madera, pose grunge o colocßndose, es un suponer, en vanguardia de lo alternativo- en sus ·ltimos discos se apuntan a destiempo al infame carro de los "conciertos bßsicos". Un invento que nos ha reportado grabaciones imprescindibles, como las de los reputadφsimos Rebeldes, el enorme cantautor alejandro Sanz o los amorosφsimos C≤mplices.

Buscando un acicate para su depauperada carrera y basßndose en la falsa premisa de que los arreglos desnudos y sencillos otorgan una mayor autenticidad a las canciones, La Frontera desgrana las joyas de su indigesto y pl·mbeo cancionero en un intento de agarrarse a sus supuestas raφces vaqueras. Todo ello a golpe de arm≤nica y guitarras ac·sticas en un bonito ambiente de compadreo.

Un disco cuajado de desprop≤sitos que olvida la inclusi≤n de una canci≤n mßs que aceptable como "Cielo del sur" y reduce al absurdo a "Pobre tahur", otro tema decente. Un disco que se recrea en lo insulso -íDios mφo, otra vez "El lφmite"!- y que incluye cuatro canciones nuevas que no merecen mayor gasto de pßgina web.

Celebrad por lo menos que no os habΘis gastado el dinero en este oportunista y oloroso artefacto.