Nacho Cano
Casi dos a±os despuΘs de asombrar al mundo entero con uno de los mayores timos de la historia del pop patrio: vender el clßsico popular infantil "Al pasar la barca" como una creaci≤n de introspecci≤n personal en clave "new age", vuelve este experto manipulador de multitudes con su nueva "obra maestra". En este caso se ha sacado de la manga otro bonito y rimbombante concepto: explorar el lado femenino de su personalidad. Para ello cuenta con la ayuda en las voces de cuatro mujeres y en la parte visual, de una modelo seleccionada por el parecido fφsico con Θl -toda una lecci≤n de desbordante narcisismo-.

Una campa±a de entrevistas acompa±a la promoci≤n de este disco. En ellas el budismo; la finalmente encontrada paz interior ; la victoria en la guerra contra la droga, y el ex-romance con la actriz PenΘlope Cruz son los temas con los que se despacha a gusto, intentando formar una imagen de persona superviviente a todos los peligros con los que la vida acecha. Lo que no queda muy claro es cual de estos motivos le ha dejado con esa expresi≤n ausente y con la sonrisita bobalicona con la que obsequia a sus entrevistadores cada dos por tres.

El nuevo Θxito "Vivimos siempre juntos" viene a echar mßs le±a en este improbable fuego. Ni el buen hacer de Mercedes Ferrer consigue salvar una letra marcada por una obsesi≤n por la rima a cualquier precio, creando pareados imposibles ("cari±o con ali±o"; "ropero con salero") cercanos al dadaismo. En el video de acompa±amiento el menor de los Cano y su alter-ego femenino se marcan un baile digno de pasar a la historia del kitch, perfecto sustituto de aquel con el que Whigfield populariz≤ su horror estival, "Saturday Night". íA no perdΘrselo!