Para revivir la historia de estas tierras y de sus gentes recorriendo sus huellas, podemos comenzar hace más de 2000 años, mucho antes de que Burgo de Osma y su diócesis existieran. Antes incluso de que llegase aquí el cristianismo, en tiempos del Imperio Romano.
Eran épocas en que esta zona del alto Duero estaba habitada por los arévacos, un pueblo celtíbero que vivía sobre todo de sus rebaños de ovejas y cabras y de la agricultura. Los arévacos sabían tejer buenas ropas de lana, crear variados recipientes de cerámica y fabricar instrumentos y hermosos adornos de hierro, cobre, plata y oro. Vivían en castros, poblados situados en lugares de fácil defensa, algunos de los cuales se podían considerar verdaderas ciudades.
En lo que es o fue el territorio de la diócesis de Burgo de Osma conservamos noticia de varias de estas ciudades: UXAMA, la ciudad situada en lo alto, junto a lo que sería Osma; TIERMES, no muy lejana; CLUNIA y, la más famosa, NUMANCIA. En el siglo I a.C., las ciudades celtíberas fueron atacadas por Roma, el poderoso pueblo que estaba creando un Imperio en torno al Mediterráneo y había invadido la Península Ibérica. La larga y heroica resistencia de los celtíberos, sobre todo los de Numancia, que, como sabemos, antes que rendirse prefirieron incendiar la ciudad y suicidarse en masa, convirtieron su lucha en un símbolo de amor a la libertad y de dignidad humana.
Las ciudades celtíberas fueron arrasadas y sobre ellas se edificaron ciudades romanas. Son las huellas de estas ciudades romanas las que encontraremos sobre todo cuando vayamos a visitar la vieja Uxama, Tiermes, Numancia o Clunia. Las huellas de la civilización que se impuso a la celtíbera y convirtió estas tierras en parte de una provincia del Imperio Romano. Hasta el año 476 d.C. en que desaparezca el Imperio Romano de Occidente, el territorio y sus gentes se irán romanizando, impregnándose de la cultura romana. Y un importante legado de esta cultura será el cristianismo, la religión que los Apóstoles y sus sucesores habían ido extendiendo, ciudad por ciudad, a lo largo del Imperio.
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ITINERARIO 1: BURGO DE OSMA, UXAMA, SAN ESTEBAN DE GORMAZ, TIERMES |
Situada a 2 km de Burgo de Osma, en la carretera Nacional 122 con dirección a Valladolid, en el cercano alto de Castro.
La impresionante vista desde lo alto es un compendio de las vicisitudes históricas de esta zona: al sur, las fortalezas de Osma y Gormaz y las torres atalayas nos hablan de las luchas fronterizas entre cristianos y musulmanes. Abajo, el Burgo, con su torre barroca, nos indica la importancia que este núcleo alcanza al convertirse en sede episcopal. El propio alto del cerro servirá de castillo natural defensivo sobre la romántica hoz del Ucero, reforzada por un bastión amurallado construido en el Bajo Imperio para defensa de la ciudad romana.
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Su pasado esplendor es todavía visible en sus ruinas: el acueducto; las grandes cisternas construídas en hormigón y con bóveda de cañón para abastecer a una población muy numerosa; las termas; la Casa de Pilatos, propia de un acomodado propietario... En el suelo se pueden observar, rotos en mil pedazos, ladrillos y cerámica de la que fue la Uxama romana.
Saliendo de Uxama por la Nacional 122 llegamos a través de manchas de viñedo a SAN ESTEBAN DE GORMAZ ; allí tenemos que tomar otra carretera con dirección a Atauta y Montejo de Tiermes. Esta carretera está salpicada de encinares y sabinas y sobrevolada frecuentemente por rapaces.
Situada en plena paramera soriana, sobre blandas arcillas rojizas, esta ciudad fue importante en la época celtíbera y romana. Conocemos sus datos a través de los historiadores romanos y de los restos arqueológicos.
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Tiermes gran ciudad que había sido siempre hostil a los romanos, se vio obligada a bajar de las alturas al llano, siéndole prohibido levantar muralla y acuñar moneda.
Después de la conquista romana queda adscrita al convento jurídico de CLUNIA. En la época del Bajo Imperio la ciudad se rodeó por tres de sus lados de muralla de piedra sacada de la cercana cantera. El gran cortado existente por el lado occidental permitía una buena defensa natural.
Sus restos arqueológicos permiten distinguir dos etapas sucesivas: la del pueblo celtíbero que se asienta en las viviendas rupestres excavadas en la blanda roca arenisca, donde se puede apreciar, incluso, el hueco del hogar, y la ciudad romana que está en proceso de excavación, conociéndose su foro en el que se descubre la planta de las que fueron las tiendas o tabernae , la distribución del agua a través de múltiples canalizaciones subterráneas, las casas, el acueducto...
Ermita de Santa MaríaTras la destrucción de la ciudad por los romanos, Tiermes pierde toda su importancia como ciudad y en el siglo XII se levantan allí dos monasterios y una iglesia de estilo románico que responde al tipo tradicional del románico fronterizo, con una nave, ábside y pórtico lateral de cinco arcos de medio punto con capiteles decorados con motivos vegetales, mitológicos o historiados. Iglesias con esta tipología son abundantes a lo largo de la cuenca del Duero.
Existe un agradable sitio al lado del río Tiermes muy apropiado para comer de picnic.
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ITINERARIO 2: SORIA, NUMANCIA, CUEVAS DE SORIA, MEDINACELI |
![]() | Soria Almazán Medinaceli |
La tercera ciudad romana de la provincia de Soria y una de las principales celtíberas, representó el más importante centro de resistencia contra los romanos y fue sometida por J.C. Escipión en el año 133 a. C.
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De origen prerromano, asentada sobre un castro desde el que se domina un magnífico panorama del río Izana, fue, como muchos de estos pueblos, habitada por Roma. De la huella romana quedan vestigios de una villa en la que se conservan interesantes restos.
Emplazada sobre un cerro que domina el valle del Jalón, fue la antigua Ocilis celtibérica, transformada más tarde por los romanos en ciudad. De esta época conserva su muralla y el Arco de Triunfo de tres vanos que probablemente señalaba la división administrativa de las dos demarcaciones romanas de Clunia y Cesaragusta.
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Conquistada por los cristianos, se convirtió en época de los Reyes Católicos en el centro del importante ducado de Medinaceli, cuyo Palacio del siglo XVI se conserva en la Plaza Mayor.
Colegiata de Santa MaríaTiene planta de tres naves con rejerias. El presbiterio sirvió de lugar de
enterramiento para los Duques de Medinaceli.