Hay una larga etapa en la historia de las tierras del Duero que ha dejado en Soria una impronta especial: el sello que marca el paisaje y el espíritu de las tierras y pueblos de frontera.
Son los tiempos, a partir del año 711, en que, organizados ya en diócesis los cristianos de Hispania y creada la de Burgo de Osma, de nuevo una civilización que se está estructurando en torno al Mediterráneo -el Islam- penetra en la Península Ibérica y la va conquistando de sur a norte.
Pronto la vieja Hispania queda, en su mayor parte, bajo el dominio musulmán y se va estructurando en dos sociedades bien diferenciadas: al sur la islámica, Al-Andalus, urbana, comercial, fuertemente ligada al Mediterráneo. Al norte, protegida por la cordillera Cantábrica, una sociedad de montañeses mucho más pobre, dirigida por visigodos y francos, que trata de dar sentido a su resistencia contra el invasor, se afirma en el cristianismo y ampara a quienes huyen de los territorios ocupados, entre ellos a varios obispos de Osma exiliados. Entre ambas sociedades, los territorios de frontera.
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Para los cristianos de esta zona son tiempos de devastación y de esperanza, de difícil esperanza, que tan bien expresan los comentarios al Apocalipsis, los beatos, como el que se conserva en la catedral del Burgo. Es fácil evocarlos recorriendo los paisajes sorianos. El recuerdo del poder musulmán y de la guerra nos salen frecuentemente al paso con torres, castillos, atalayas y, sobre todo, al visitar la línea de plazas fuertes musulmanas, desde Osma hasta Ágreda: Calatañazor, Almazán, Berlanga, Gormaz -especialmente Gormaz-, San Esteban... Desde esta línea partían casi todos los ataques del Islam, dirigidos los del temido Almanzor desde su cuartel general de Medinaceli.
Podemos también, en ciertos lugares y aldeas, evocar esas pequeñas comunidades cristianas mozárabes que, como escribe Jiménez Lozano, viven en una especie de kibutzs o asentamientos fronterizos escondidos en un valle, tras un soto, o cobijados en algún otro repliegue geológico, lugares de resistencia espiritual contra el islamismo de unos cristianos que, sin embargo, tienen modos de ser y de vivir influidos por el Islam. Uno de esos lugares que nos permiten acercarnos a las comunidades mozárabes es la pequeña y fascinante ermita de San Baudelio de Berlanga.
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ITINERARIO 1: BURGO DE OSMA, GORMAZ, BERLANGA DE DUERO, CASILLAS DE BERLANGA, CALTOJAR, ALMAZÁN |
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Burgo de Osma San Esteban de Gormaz Berlanga de Duero Almazán |
Saliendo de Burgo de Osma por la Carretera SO 160 y a 14 km aproximadamente llegamos a Gormaz.
Esta magnífica fortaleza de Gormaz es el único ejemplo de construcción defensiva musulmana que conservamos en la Meseta norte. Construida en la época califal (s. X) como recinto de defensa contra los cristianos, fue conquistada en 1059 por Alfonso VI y cedida al Cid.
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Desde la fortaleza se divisa una magnífica panorámica de las plazas fuertes del territorio y, a través del arco de herradura de una de sus puertas, se puede contemplar el plateado Duero discurrir lentamente a sus pies.
A la salida de Gormaz se toma la dirección a Recuerda y allí el desvío hacia Berlanga de Duero. Después de visitarlo , hay que dirigirse hacia Casillas de Berlanga donde, a poca distancia, se encuentra la Ermita de San Baudelio.
En el corazón mismo de la línea fronteriza, unas veces cristiana otras musulmana, se conserva una de las más bellas representaciones del arte mozárabe del siglo X.Emplazada en las faldas de un valle hoy descarnado e inhóspito, pero densamente poblado de robles hasta el s. XIX, la ermita de San Baudelio está asentada sobre desnudas rocas calcáreas de donde sus artífices sacaron los materiales para su construcción.
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En época visigoda sus reliquias llegan a Toledo y, tras la Conquista musulmana, muchas de ellas se llevaron a distintas partes de la Península. La iglesia de San Baudelio se convertía así en una especie de Martyrium simbólico del Santo y relicario de sus restos, situados tal vez sobre el esbelto machón central en forma de palmera.
Forman la ermita dos cuerpos cúbicos que nos recuerdan a ciertas arquitecturas ilusorias de la miniatura mozárabe. Emerge, más que como iglesia, como fortín, torre centinela, vigía en este país de peligros que fue la tierra de Berlanga en el s. XI. Por eso, aparte de dos pequeñas ventanas abocinadas, solamente la puerta de doble arco califal da iluminación al recinto.
En el centro de la nave se alza un robusto pilar a modo de palmera con una simbología musulmana y cristiana que representa el paraíso. Estuvo decorada con pinturas al temple, algunas de ellas con temas de cacería. En 1926 fueron arrancadas y vendidas; actualmente, parte de ellas puede contemplarse en el Museo del Prado, donde, tras muchas vicisitudes, han sido depositadas.
A la salida de San Baudelio hay que tomar la dirección a Rello. A los pocos kilómetros se divisa Caltojar con su maravillosa Iglesia románica. La carretera discurre a lo largo del valle del río Escalote y se desvía hacia Rello, pueblo rodeado de murallas en lo alto de un cerro (Verlo en la referencia anterior). Se sigue hasta Barahona desde donde sale la carretera SO 101 hasta Almazán, cruzando entre desnudos páramos de tierra rojiza.
Enclavada en el centro de la depresión del Duero, esta población de situación fronteriza entre los reinos de Castilla y Aragón sufrió a lo largo de su historia los avatares políticos de las luchas fronterizas, así como los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. El exponente más claro de esta mezcla de culturas se aprecia en el interior de la magnífica Iglesia de San Miguel.
MurallasConserva Almazán restos de su importante muralla del s. XIII. Aunque parte de ella ha sido destruida y otra queda oculta por edificios posteriores, todavía conserva las magníficas puertas de arco apuntado: la llamada de Herreros y la de Berlanga o del Mercado, ambas con dos fuertes torres enmarcándolas. En el ángulo de la puerta del Mercado, junto al muro, se yergue un airoso torreón cilíndrico llamado Rollo de las Monjas.
Iglesia de San MiguelFue construida antes que las murallas actuales en un saliente de la terraza que ocupa el casco de la población vieja, desde la cual se domina la fértil vega del Duero.
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ITINERARIO 2: SORIA, NUMANCIA, ONCALA, YANGUAS |
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Soria |
Fue un antiguo monasterio de la orden de San Juan de Jerusalén, abandonado en el s. XVIII. Hoy se conserva la iglesia y el original claustro del s. XIII. De cuatro lados irregulares y ángulos achaflanados, manifiesta las influencias románicas (arcos de medio punto) y mudéjares (arcos de herradura entrecruzados), que hacen de este claustro un ejemplar único de la arquitectura cristiana medieval.
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Situado en la Sierra de Alba. Su Iglesia conserva una magnífica colección de tapices del s. XVII según conocidos cartones de Rubens. Algunos de sus bocetos se conservan en el Museo del Prado.
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Situado sobre una colina rodeada de montañas por donde cruza, formando un hondo valle, el río Cidacos. Es reconquistado por el reino de Navarra en el s. XI.
Conserva un cierto aire medieval con sus casas de piedra blasonadas y restos de la muralla árabe.Es de reseñar la Torre de San Miguel, románica del s. XII, mezcla original de las fuertes torres castellanas y las airosas catalanas. Quizá el puente sobre el río Cidacos sea de traza romana.
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ITINERARIO 3: SORIA, ALMENAR, NOVIERCAS, ÓLVEGA, ÁGREDA, VOZMEDIANO |
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Ólvega Ágreda |
Al salir de Soria se sigue la N 234 hasta Almenar
Pequeña población junto al río Retuerto. Posee un airoso castillo de finales de la Edad media, reforzado en sus esquinas con torres cilíndricas.
Siguiendo por la carretera SO 101, se llega a:
En tierras de Ágreda y cercana a la Sierra del Madero, se encuentra esta villa repoblada por mozárabes a los que debe su hermosa torre califal del s. X donde dejan la impronta de las formas constructivas árabes en el arco de herradura de su puerta, situado a 3,5 mts. del suelo.
En su Iglesia de fines del s. XV, con portada barroca del s. XVII, se encuentra uno de los más espléndidos retablos de la provincia de Soria.
Se cobija en un repliegue de las faldas del Sistema Ibérico y es cabeza de la comarca conocida como Tierra de Ágreda. Situada en la línea fronteriza entre Castilla, Navarra y Aragón, sufrió también los avatares de las luchas entre cristianos y musulmanes.
Forma uno de los conjuntos artísticos más importantes de la provincia de Soria, donde la mezcla de elementos arquitectónicos castellanos y aragoneses adquiere su máxima expresión. Sus iglesias románicas marcan la frontera, por el oriente, del estilo castellano, mientras que en las construcciones civiles, tanto la mampostería combinada con el ladrillo como el remate en torres y solanas con arquerías de ladrillo y pronunciados aleros, denotan la influencia constructiva aragonesa (mudéjar-aragonés). Es Ágreda, en fin, la síntesis de la convivencia de las tres culturas: judía, musulmana y cristiana, que convivieron, con esporádicos conflictos, hasta sus respectivas expulsiones.
La murallaComo toda ciudad fronteriza, Ágreda estuvo rodeada de murallas cuyo origen hay que situarlo en época romana. Reforzadas y modificadas por los árabes, todavía se conservan en parte de su perímetro dos puertas de tipo califal.
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La más antigua de Ágreda, fue consagrada a finales del s. XII en estilo románico. Su planta es de dos naves desiguales, quizás adaptada a las necesidades religiosas de conversos moriscos y judíos. Merece la pena contemplar los retablos del interior.
Iglesia de San MiguelIglesia del gótico tardío, de una sola nave con capillas. Lo más interesante es su torre románica cuadrada y almenada y los retablos platerescos del interior.
Palacio de los CastejonesAunque la villa vive su máximo auge en la Edad Media como villa de realengo, en los siglos posteriores fue protegida y dominada por la familia de los Castejones que dejan en ella huellas de su poder, quedando hoy sólo en pie el palacio que lleva su nombre. De sobriedad casi herreriana (s. XVII), es de destacar su patio central y la escalera cubierta con cúpula.
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A la salida por la carretera hacia Aragón, será bueno detenerse y mirar hacia atrás. Se podrá contemplar Ágreda dominando el barranco y asomando por detrás, solemne, el Moncayo.
Al salir de Ágreda, tomar la carretera SO 382, camino de Vozmediano.
Asentado en la falda del Moncayo es zona fronteriza entre las tierras de
Castilla y Aragón. Su castillo del s. XV, de doble recinto amurallado, es
testigo mudo de su historia.
Cerca de allí brota el río Queiles, cuyo nacimiento es uno de los más
caudalosos de Europa.