CONOCER EL TIEMPO, no es sólo decidir dónde
iremos el fin de semana. En la vida diaria su importancia es vital. Las ciudades son "sacudidas" constantemente por fenómenos meteorológicos y
Un día nos anuncian que estamos llegando a niveles de contaminación demasiado altos. |
La gente mira al cielo en busca de una ráfaga de viento que se
lleve tanto humo.
Pero no estamos en el camino que el viento sigue.
Comienza a llover y todos respiramos alividados: "por
fin acabarán los estornudos", ¡demasiado polen!.
Pero la lluvia no para, sigue y sigue.
Las calles comienzan a inundarse, los embalses rebosan y pierden el preciado elemento. |
Acabó la tormenta ¿dónde ha ido a parar el agua?
Continua en las calles, inundando garajes, ... La planificación de las ciudades no puede olvidar nunca las condiciones climáticas del lugar sobre el que se asientan. Construir una ciudad es un gran proyecto en el que "el tiempo" es un factor fundamental a la hora de diseñar, planificar, construir y desarrollarse. |
Instituto Nacional de Meteorología. Ministerio de Medio Ambiente. |
El Día Meteorológico Mundial conmemora la entrada vigor, el 23 de marzo de 1950, del Convenio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Cada año, los más de 180 Estados Miembros que la integran, celebran este día, centrándose en un tema de interés para la humanidad. Apoyándose en los medios de información, conferencias y otras actividades promocionales, y con el apoyo de las organizaciones que trabajan en cuestiones de desarrollo sostenible, se intenta sensibilizar a la sociedad mundial para conseguir alcanzar algunos objetivos fijados por la OMM, de tal manera, que el público y los responsables de la adopción de decisiones perciban mejor la importancia que revisten las aportaciones de la meteorología y de la hidrología a las diversas actividades de todos los países de la tierra. |
Conferencia pronunciada el día 24 de marzo, en el Salón de Actos de la Sede Central del Instituto Nacional de Meteorología,
con motivo de la celebración del día Meteorológico Mundial de 1997, por el Catedrático de Ingenieria Sanitaria y Ambiental
de la E.T.S.I. de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad
Politécnica de Madrid, el Profesor Dr. D. Aurelio Hernández Muño