18:1 EN aquel tiempo se llegaron los discφpulos ß Jes·s, diciendo: ┐QuiΘn es el mayor en el reino de los cielos?

18:2 Y llamando Jes·s ß un ni±o, le puso en medio de ellos,

18:3 Y dijo: De cierto os digo, que si no os volviereis, y fuereis como ni±os, no entrarΘis en el reino de los cielos.

18:4 Asφ que, cualquiera que se humillare como este ni±o, Θste es el mayor en el reino de los cielos.

18:5 Y cualquiera que recibiere ß un tal ni±o en mi nombre, ß mφ recibe.

18:6 Y cualquiera que escandalizare ß alguno de estos peque±os que creen en mφ, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le anegase en el profundo de la mar.

18:7 íAy del mundo por los escßndalos! porque necesario es que vengan escßndalos; mas íay de aquel hombre por el cual viene el escßndalo!

18:8 Por tanto, si tu mano ≤ tu pie te fuere ocasi≤n de caer, c≤rtalo y echal≤ de ti: mejor te es entrar cojo ≤ manco en la vida, que teniendo dos manos ≤ dos pies ser echado en el fuego eterno.

18:9 Y si tu ojo te fuere ocasi≤n de caer, sßcalo y Θchalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno del fuego.

18:10 Mirad no tengßis en poco ß alguno de estos peque±os; porque os digo que sus ßngeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que estß en los cielos.

18:11 Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se habφa perdido.

18:12 ┐QuΘ os parece? Si tuviese alg·n hombre cien ovejas, y se descarriase una de ellas, ┐no irφa por los montes, dejadas las noventa y nueve, ß buscar la que se habφa descarriado?

18:13 Y si aconteciese hallarla, de cierto os digo, que mßs se goza de aquΘlla, que de las noventa y nueve que no se descarriaron.

18:14 Asφ, no es la voluntad de vuestro Padre que estß en los cielos, que se pierda uno de estos peque±os.

18:15 Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redarg·yele entre ti y Θl solo: si te oyere, has ganado ß tu hermano.

18:16 Mas si no te oyere, toma a·n contigo uno ≤ dos, para que en boca de dos ≤ de tres testigos conste toda palabra.

18:17 Y si no oyere ß ellos, dilo ß la iglesia: y si no oyere ß la iglesia, tenle por Θtnico y publicano.

18:18 De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, serß ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, serß desatado en el cielo.

18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se convinieren en la tierra, de toda cosa que pidieren, les serß hecho por mi Padre que estß en los cielos.

18:20 Porque donde estßn dos ≤ tres congregados en mi nombre, allφ estoy en medio de ellos.

18:21 Entonces Pedro, llegßndose ß Θl, dijo: Se±or, ┐cußntas veces perdonarΘ ß mi hermano que pecare contra mφ? ┐hasta siete?

18:22 Jes·s le dice: No te digo hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete.

18:23 Por lo cual, el reino de los cielos es semejante ß un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.

18:24 Y comenzando ß hacer cuentas, le fuΘ presentado uno que le debφa diez mil talentos.

18:25 Mas ß Θste, no pudiendo pagar, mand≤ su se±or venderle, y ß su mujer Θ hijos, con todo lo que tenφa, y que se le pagase.

18:26 Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Se±or, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagarΘ todo.

18:27 El se±or, movido ß misericordia de aquel siervo, le solt≤ y le perdon≤ la deuda.

18:28 Y saliendo aquel siervo, hall≤ ß uno de sus consiervos, que le debφa cien denarios; y trabando de Θl, le ahogaba, diciendo: Pßgame lo que debes.

18:29 Entonces su consiervo, postrßndose ß sus pies, le rogaba, diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagarΘ todo.

18:30 Mas Θl no quiso; sino fuΘ, y le ech≤ en la cßrcel hasta que pagase la deuda.

18:31 Y viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y viniendo, declararon ß su se±or todo lo que habφa pasado.

18:32 Entonces llamßndole su se±or, le dice: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdonΘ, porque me rogaste:

18:33 ┐No te convenφa tambiΘn ß ti tener misericordia de tu consiervo, como tambiΘn yo tuve misericordia de ti?

18:34 Entonces su se±or, enojado, le entreg≤ ß los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debφa.