31:1 íAY de los que descienden ß Egipto por ayuda, y confφan en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron ß Jehovß!

31:2 Mas Θl tambiΘn es sabio, y traerß el mal, y no retirarß sus palabras. Levantarßse pues contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.

31:3 Y los Egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espφritu: de manera que en extendiendo Jehovß su mano, caerß el ayudador, y caerß el ayudado, y todos ellos desfallecerßn ß una.

31:4 Porque Jehovß me dijo ß mφ de esta manera: Como el le≤n y el cachorro del le≤n brama sobre su presa, y si se llega contra Θl cuadrilla de pastores, no temerß por sus voces, ni se acobardarß por el tropel de ellos: asφ Jehovß de los ejΘrcitos descenderß ß pelear por el monte de Si≤n, y por su collado.

31:5 Como las aves que vuelan, asφ ampararß Jehovß de los ejΘrcitos ß Jerusalem, amparando, librando, pasando, y salvando.

31:6 Convertφos ß aquel contra quien los hijos de Israel profundamente se rebelaron.

31:7 Porque en aquel dφa arrojarß el hombre sus φdolos de plata, y sus φdolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras.

31:8 Entonces caerß el Assur por cuhillo, no de var≤n; y consumirßlo espada, no de hombre; y huirß de la presencia de la espada, y sus mancebos serßn tributarios.