4:1 ╢ Y acontecerß en lo postrero de los tiempos, que el monte de la Casa del SE╤OR serß constituido por cabecera de montes, y mßs alto que todos los collados, y correrßn a Θl pueblos.

4:2 Y vendrßn muchos gentiles, y dirßn: Venid, y subamos al monte del SE╤OR, y a la Casa del Dios de Jacob; y nos ense±arß en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrß la ley, y de JerusalΘn la palabra del SE╤OR.

4:3 Y juzgarß entre muchos pueblos, y corregirß fuertes naciones hasta muy lejos; y martillarßn sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzarß espada gente contra gente, ni mßs se ensayarßn para la guerra.

4:4 Y cada uno se sentarß debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrß quien amedrente; porque la boca del SE╤OR de los ejΘrcitos habl≤.

4:5 Aunque todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre del SE╤OR nuestro Dios para siempre y eternalmente.

4:6 En aquel dφa, dice el SE╤OR, juntarΘ la coja, y recogerΘ la amontada, y a la que afligφ;

4:7 y pondrΘ a la coja para sucesi≤n, y a la descarriada para naci≤n robusta; y el SE╤OR reinarß sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.

4:8 ╢ Y t·, oh torre del reba±o, la fortaleza de la hija de Sion vendrß hasta ti; y vendrß el Se±orφo primero, el Reino, a la hija de JerusalΘn.

4:9 Ahora ┐por quΘ gimes tanto? ┐No hay rey en ti? ┐Pereci≤ tu consejero? Te ha tomado dolor como de mujer de parto.

4:10 DuΘlete y gime, hija de Sion como mujer de parto; porque ahora saldrßs de la ciudad, y morarßs en el campo, y llegarßs hasta Babilonia; allφ serßs librada, allφ te redimirß el SE╤OR de la mano de tus enemigos.

4:11 Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo sobre Sion.

4:12 Mas ellos no conocieron los pensamientos del SE╤OR, ni entendieron su consejo; por lo cual los junt≤ como gavillas en la era.