20:1 ╢ Y respondi≤ Zofar naamatita, y dijo:
20:2 Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por tanto me apresuro.
20:3 La reprensi≤n de mi censura he oφdo, y me hace responder el espφritu de mi inteligencia.
20:4 ┐No sabes esto que fue siempre, desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
20:5 que la alegrφa de los impφos es breve, y el gozo del hip≤crita por un momento?
20:6 Si subiere su altura hasta el cielo, y su cabeza tocare en las nubes,
20:7 con su mismo estiΘrcol perecerß para siempre; los que le hubieren visto, dirßn: ┐QuΘ es de Θl?
20:8 Como sue±o volarß, y no serß hallado; y se disiparß como visi≤n nocturna.
20:9 El ojo que le habrß visto, nunca mßs le vera; ni su lugar le echarß mßs de ver.
20:10 ╢ Sus hijos pobres andarßn rogando; y sus manos devolverßn lo que Θl rob≤.
20:11 Sus huesos estßn llenos de los pecados de su juventud, y con Θl serßn sepultados en el polvo.
20:12 Si el mal se endulz≤ en su boca, si lo ocultaba debajo de su lengua;
20:13 si le parecφa bien, y no lo dejaba, sino que lo detenφa entre su paladar;
20:14 su comida se mudarß en sus entra±as, hiel de ßspides serß dentro de Θl.
20:15 Comi≤ haciendas, mas las vomitarß; de su vientre las sacarß Dios.
20:16 Veneno de ßspides chuparß; lo matarß lengua de vφbora.
20:17 No verß los arroyos, las riberas de los rφos de miel y de manteca.
20:18 Restituirß el trabajo ajeno conforme a la hacienda que tom≤; y no tragarß, ni gozarß.
20:19 Por cuanto quebrant≤ y desampar≤ a los pobres, rob≤ casas, y no las edific≤;
20:20 por tanto, no sentirß Θl sosiego en su vientre, ni escaparß con su codicia.
20:21 No qued≤ nada que no comiese; por tanto su bien no serß durable.
20:22 Cuando fuere lleno su bastimento, tendrß angustia; las manos todas de los malvados vendrßn sobre Θl.
20:23 ╢ Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviarß sobre Θl el furor de su ira, y la harß llover sobre Θl y sobre su comida.
20:24 Huirß de las armas de hierro, y el arco de acero le atravesarß.
20:25 Desenvainarß y sacarß saeta de su aljaba, y relumbrante pasarß por su hiel; sobre Θl vendrßn terrores.
20:26 Todas tinieblas estßn guardadas para sus secretos; fuego no soplado lo devorarß; su sucesor serß quebrantado en su tienda.
20:27 Los cielos descubrirßn su iniquidad, y la tierra se levantarß contra Θl.
20:28 Los renuevos de su casa serßn trasportados; serßn derramados en el dφa de su furor.
20:29 Esta es la parte que Dios apareja al hombre impφo, y la heredad que Dios le se±ala por su palabra.
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