4:1 ╢ Si volvieres a mφ, oh Israel, dijo el SE╤OR, tendrßs reposo; y si quitares de delante de mφ tus abominaciones, no pasarßs a cautividad .
4:2 Y jurarßs, diciendo , Vive el SE╤OR, con verdad, con juicio, y con justicia; y se bendecirßn en Θl los gentiles, y en Θl se gloriarßn.
4:3 ╢ Porque asφ dijo el SE╤OR a todo var≤n de Judß y de JerusalΘn: Haced barbecho para vosotros, y no sembrΘis sobre espinas.
4:4 Circuncidaos al SE╤OR, y quitad los prepucios de vuestro coraz≤n, varones de Judß y moradores de JerusalΘn; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien apague, por la malicia de vuestras obras.
4:5 ╢ Denunciad en Judß, y haced oφr en JerusalΘn, y decid: Sonad trompeta en la tierra. Pregonad, juntad, y decid: Reunφos, y entrΘmonos en las ciudades fuertes.
4:6 Alzad bandera en Sion, juntaos, no os detengßis; porque yo hago venir mal del aquil≤n, y quebrantamiento grande.
4:7 El le≤n sube de su guarida, y el destruidor de gentiles ha partido; sali≤ de su asiento para poner tu tierra en soledad; tus ciudades serßn asoladas sin morador.
4:8 Por esto vestφos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira del SE╤OR no se ha apartado de nosotros.
4:9 Y serß en aquel dφa, dice el SE╤OR, que desfallecerß el coraz≤n del rey, y el coraz≤n de los prφncipes, y los sacerdotes estarßn at≤nitos, y se maravillarßn los profetas.
4:10 (Y dije: íAy, ay, el SE╤OR Dios! Verdaderamente en gran manera has enga±ado a este pueblo y a JerusalΘn, diciendo: Paz tendrΘis; pues que el cuchillo ha venido hasta el alma.)
4:11 En aquel tiempo se dirß de este pueblo y de JerusalΘn: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.
4:12 Viento mßs vehemente que Θstos me vendrß a mφ, porque ahora yo hablarΘ juicios con ellos.
4:13 He aquφ que subirß como nube, y su carro como torbellino; mßs ligeros son sus caballos que las ßguilas. íAy de nosotros, porque dados somos a despojo!
4:14 Lava tu coraz≤n de la malicia, oh JerusalΘn, para que seas salva. ┐Hasta cußndo dejarßs estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad?
4:15 Porque la voz se oye del que trae las nuevas desde Dan, y del que hace oφr la calamidad desde el monte de Efraφn.
4:16 Decid de los gentiles; he aquφ, haced oφr sobre JerusalΘn: Guardas vienen de tierra lejana, y darßn su voz sobre las ciudades de Judß.
4:17 Como los guardas de las heredades, estuvieron sobre ella en derredor, porque se rebel≤ contra mφ, dice el SE╤OR.
4:18 Tu camino y tus obras te hicieron esto, Θsta tu maldad, por lo cual amargura penetrarß hasta tu coraz≤n.
4:19 ╢ íMis entra±as, mis entra±as! Me duelen las telas de mi coraz≤n; mi coraz≤n ruge dentro de mφ; no callarΘ; porque voz de trompeta has oφdo, oh alma mφa, preg≤n de guerra.
4:20 Quebrantamiento sobre quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es destruida; en un punto son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.
4:21 ┐Hasta cußndo tengo que ver bandera, tengo que oφr voz de trompeta?
4:22 Porque mi pueblo es loco; no me conocieron los hijos ignorantes y los no entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron.
4:23 MirΘ la tierra, y he aquφ que estaba asolada y vacφa; y a los cielos, y no habφa en ellos luz.
4:24 MirΘ a los montes, y he aquφ que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.
4:25 MirΘ, y no aparecφa hombre, y todas las aves del cielo se habφan ido.
4:26 MirΘ, y he aquφ el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas a la presencia del SE╤OR, a la presencia de la ira de su furor.
4:27 Porque asφ dijo el SE╤OR: Toda la tierra se asolarß; mas no harΘ consumaci≤n.
4:28 Por esto la tierra serß asolada, y los cielos arriba se oscurecerßn, porque hablΘ, pensΘ, y no me arrepentφ, ni me tornarΘ de ello.
4:29 Del estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huy≤ toda la ciudad; se entraron en las espesuras de los bosques, y se subieron en pe±ascos; toda ciudad fue desamparada, y no habita en ellas var≤n alguno.
4:30 Y t·, destruida, ┐quΘ harßs? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavφos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarßn los amadores, buscarßn tu vida.
4:31 Porque voz oφ como de mujer que estß de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo : íAy ahora de mφ! Que mi alma desmaya a causa de los matadores.
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