Después de que la madre da a luz a sus crías, se marcha y las deja sobrevivir por sí mismas, quienes permanecen en la zona de cría durante varios años antes de adentrarse en el mar. La producción de crías requiere una gran inversión de tiempo y de recursos por parte de la madre. En la mayoría de las especies, la madre lleva, protege y alimenta a la cría desde la concepción hasta el nacimiento, un período que puede oscilar de tres o cuatro a 24 meses, pero una vez que da a luz su tarea se ve cumplida, ya que poco tiempo después la madre se marcha y deja a la camada para que se defienda por sí misma. Esto nos puede parecer un poco cruel y de hecho no es digno de merecer el premio de madre del año, pero las crías son ya adultos en miniatura, bien desarrolladas y dotadas de todos los instintos y recursos que necesitan para sobrevivir por sí mismos. Durante varios años, el joven tiburón permanece en la zona de cría, lejos de sus semejantes mayores, donde la comida es abundante y donde se ven protegidos frente a ~superpredadores~. Cuando crecen, se adentran en el mar donde el desafío no consiste sólo en competir por la comida sino también protegerse ante las mandíbulas de los tiburones despiadados e incluso de las de sus propios padres.