SEGUNDO MES Durante este período, la sintomatología descrita anteriormente no experimenta grandes variaciones, sin embargo la visualización más clara y evidente de que se está frente a un embarazo, hace que -en situaciones normales- este condición se haga más tolerable. El hombre, biologicamente ajeno a la gestación, amenudo tiene dificultades para entender los cambios que experimenta la mujer, y el embarazo le resulta misterioso y lejano. Lo ideal es que ello no ocurra, y que el hombre logre involucrarse en este maravilloso proceso, dando apoyo a la mujer y aceptando y disfrutando su condición. Al igual que lo expresado para las semanas quinta y sexta, durante este período la madre puede experimentar cambios emocionales significativos, debido en parte a las hormonas esteriodales que aumentan en cantidad durante el embarazo, actuando sobre el sistema nervioso central. Los cambios más frecuentes son: irritabilidad, estado de ánimo variable, inseguridad, miedo, inexplicables ganas de llorar, entre otros. Aparecen además variados síntomas de origen digestivo, tales como aumento en la salivación, acidez estomacal, constipación y distensión abdominal. Las paredes intestinales experimentan una relajación debida a los altos niveles de progesterona observados durante el embarazo. Otros síntomas característicos de este período son: dolores de cabeza, tensión en las mamas, aumento en la red vascular bajo la piel, pigmentación de la aréola y desarrollo de las glándulas cebáceas alrededor del pezón.