OLVISIONES

Columna apolφnea

Una reflexi≤n fotogrßfica sobre algunas ruinas helΘnicas.

Di, ┐d≤nde estß Atenas? Sobre las urnas de los maestros tu ciudad, la mßs querida, en las orillas sagradas, íoh dios enlutado!
┐Se te ha desmoronado entera en cenizas?
┐O hay todavφa se±al de ella para que el navegante quizß, al pasar de largo la recuerde?
┐No se elevaban allφ las columnas, no refulgφan allφ las estatuas de los dioses, desde los techos de la ciudadela?
┐No se agitaba allφ la voz del pueblo, movida en tempestad, desde el Agora y, por las gozosas puertas, no salφan allφ las calles, bajando hacia tu pueblo bendito?

H÷lderlin, El ArchipiΘlago


Ellos fueron capaces de so±ar unos dioses apasionados, humanos en su aspecto, en su comportamiento y en sus formas de amar y odiar. Dioses salidos de un caos anterior, fruto del delirio y el miedo, forjados por la necesidad humana de entenderse con la naturaleza, herederos de los sue±os y los mitos, para ser un espejo sagrado desde donde verse y ver al mundo. Dioses para sentirse amparados y para sacralizar la vida, la muerte o el amor. Divinidades de mßrmol o bronce contra la fugacidad de lo humano.

A la par tambiΘn crearon la imagen de la perfecci≤n humana, no s≤lo en su aspecto fφsico sino tambiΘn en la expresi≤n de su alma, contradictoria y plural, no limitada al maniqueismo del bien y del mal, rica por su profundidad trßgica y su lucha contra los avatares del destino: naci≤ el individuo.

Dioses benΘvolos de la HΘlade, hechos de carne idealizada, donde alumbr≤ el teatro y se defini≤ un entorno en que crecieron la lφrica, la escultura y el resto de las artes; de ahφ, finalmente, surge la filosofφa como un delirio sublime, buscando el lugar del hombre entre los dioses y la naturaleza, tratando de discernir la sabidurφa oculta en los vaticinios de estas divinidades, que parafraseando a Herßclito, nada dicen ni ocultan, sino que solamente significan.

Estas fotografφas intentan aproximarse a ese mundo a partir de los restos fragmentados que perduran en museos y descampados, ofreciendo el imposible cuerpo desde donde revivirse por un instante, evocando la ruina de un pasado que tambiΘn es el nuestro, surgido de viajes y lecturas, re-interpretado, atemporal, condensado en una mirada ofrecida como un incierto legado, como una invocaci≤n.

Toda obra implica -por lo menos- una acci≤n: creaci≤n, plagio, contemplaci≤n, adoraci≤n, comunicaci≤n, representaci≤n, re-creaci≤n, trasformaci≤n, ... Las acciones se caracterizan por suceder en un espacio y en un tiempo, es decir, dentro de unos limites. En mi caso estos son los de la memoria y el olvido, dentro de un espacio metafφsico, acotado por lagunas mentales, por inexactitudes, por zonas donde la luz no nos llega o es excesiva.

Intento reconstruir un pasado interpretßndolo a travΘs de la estΘtica-filosofφa de Nietzsche, la misma que Θl utiliz≤ para explicar el nacimiento de la tragedia griega. Lo Apolφneo (dios de la luz) y lo Dionisφaco (dios orgißstico y oscuro) que habrφan alumbrado la tragedia, fundamentan mi intento por reconstruir parte de ese mismo mundo helΘnico.

Apolo y Dionisos son unos dioses id≤neos para hablar de esa memoria de luces y sombras, infiel como todas, a la que llamamos fotografφa. Imßgenes donde el pasado se sobrepone de tal modo al presente, que los cuerpos que le sirven de soporte, son trasladados a un espacio atemporal.

Reflexi≤n, en fin, sobre las ruinas del deseo, sobre el tiempo, el olvido y ciertas formas falsas de la memoria.




Estas imßgenes corresponden a la digitalizaci≤n de originales de 40╫50 cm. Pulsando sobre cada una de las fotografφas podrßs verlas (con un poco de paciencia) ampliadas. El tama±o medio es de 25 k. y la calidad con que se ven depende del navegador empleado y de la resoluci≤n del monitor (entre otros avatares).

Las fotografφas estßn agrupadas, tal como lo estarφan en las paredes de una sala.

Teseo contra el Minotauro
Columna apolφnea
Proyecto de reconstrucci≤n del templo de Atenea En fuga hacia el pasado La biblioteca de Celsius estß vacia... Edipo ante la Esfinge
Hoplita Dißgoras Jovialidad clßsica El Hermes de Andros

No se pueden utilizar estas imßgenes sin mi autorizaci≤n expresa.

Javier Espada.