By Praveen Bhalla
Una pequeña aldea de Malasia tomó la decisión de proteger los ricos recursos naturales de su región cambiando toda su forma de vida. En vez de pescar o tumbar árboles, los pobladores se inclinaron por el turismo, tanto como fuente de ingresos como por ser la mejor forma de proteger su patrimonio
Batu Putih, Malasia. Esta aldea luce como cualquier otra de las que se encuentran en el oriental estado de Sabah. Grupos de casas de madera con techos de hojalata son construidas sobre zancos inusualmente altos que sirven para evitar que las crecidas del río Kinabatangan se las lleve cuando inunda la tierra, por semanas, en la época de lluvia. Son palafitos, pues. Pero Batu Putih es en realidad única debido a un proyecto innovador que comenzó allí el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) de Malasia en 1996.
El proyecto, llamado Modelo de Comunidad Turística Ecológicamente Sostenible (MESCOT por sus siglas en inglés), está desarrollando un esquema de ecoturismo que intenta generar fuentes de ingresos locales como alternativa al cada vez más insostenible uso de los recursos forestales. Las ganancias obtenidas por esta nueva actividad podría ayudar a asegurar a que todo lo que se respete de la salud natural y la belleza de la región, sea cada vez mejor vista por los pobladores como un recurso valioso que merece ser protegido.
La exuberante vegetación de los pantanos y los bosque ribereños de la cercana Reserva Forestal Supu protege a muchas especies exóticas, como diversos monos y orangutanes, además de una gran variedad de aves acuáticas y cocodrilos. Fuera del área protegida, no obstante, la forestería (de la que dependen los aldeanos) ha reducido tan severamente el bosque que ahora quedan unos pocos árboles aquí y allá.
Los pobladores de Batu Putih, sin necesidad de que alguien se los dijera, reconocieron el enorme potencial de la región para el ecoturismo y se acercaron a WWF-Malasia para buscar asesoría. Con fondos provenientes de WWF-Noruega y la Agencia Noruega de Asistencia Bilateral (NORAD, por sus siglas en inglés), MESCOT fue desarrollado con la cooperación del Departamento de Bosques de Sabath, la agencia de desarrollo comunitario KEMAS y el Ministerio de Cultura, Ambiente y Turismo.
Por supuesto, hacer que este concepto se torne realidad es algo difícil. Algunas personas aún no han comprendido los potenciales beneficios económicos que se pueden obtener con el ecoturismo. Pero el jefe rural proveyó su propio espacio de habitación para el taller de trabajo de MESCOT -una oficina permanente y un salón de reuniones completo con computadora, librería, mapas y otras necesidades.
"Es importante que las comunidades locales decidan cuál experiencia ecoturística van a ofrecer, y cómo hacerlo", dice Martin Paul Vogel, especialista en planificación de Ecoturismo de WWF-Malasia. "Eso hace que se sientan dueños del proyecto".
Vogel, quien ha vivido en Batu Putih por ocho años, cree que la empresa tiene potencial como para ofrecer ingresos a 60% de la población local de las cuatro aldeas, estimada en 700 personas.
Por sí mismos, los miembros de MESCOT identificaron las habilidades necesarias para establecer sus propias operaciones turísticas -aprender inglés y computación, manejar negocios, facilitar el mercadeo y promover la operación turística. Ellos también decidieron que su principal prioridad debía ser recolectar y documentar información acerca de la región, su rica diversidad biológica, cultural y sus costumbres.
Parte de su trabajo ha sido más práctico y va desde la recolección de basura hasta ayudar a combatir incendios de vegetación.
No obstante, el grupo ha compilado presentaciones atractivas y bien ilustradas en inglés de buena parte de las plantas y animales que se consiguen allí, algunos usos tradicionales de los recursos locales, danzas, artesanías y otros aspectos de la cultura indígena de la zona. La mayoría de los miembros ya tienen conocimientos básicos de inglés, aunque sólo con su natural hospitalidad hacen que los visitantes se sientan inmediatamente como en casa.
Jimasi, miembro activo y vocal de MESCOT, tiene un conocimiento impresionante de los usos medicinales de varias especies de plantas locales. Él, y su hermano Yahya, parecen determinados a hacer que su empresa sea exitosa. "Hemos invertido tiempo y energía en este proyecto", dice Jimasi. "Lo hemos planeado nosotros mismos y tenemos grandes esperanzas. Si podemos manejar nuestro propio negocio, no tendremos que trabajar para nadie más".
Este grupo determinado de personas se ha embarcado en la valiente empresa de desarrollar un modo de vida alternativo que sea más amigable con el ambiente y más sostenible que sus tradicionales prácticas de explotación forestal y pesquera. Si el experimento ecoturístico funciona, no sólo ayudará a revivir la economía local sino que también podrá ser copiado en otras partes para contagiar, a otras comunidades locales, la necesidad en conservar la riqueza natural y la diversidad cultural de Sabath.
(Traducción: Juan Ignacio Cortiñas S.).
* Praven Bhalla es periodista del Programa Regional Asia-Pacífico de WWF