Los distintos tipos de humedales


La maravilla de los humedales



great land Los humedales son ecosistemas muy productivos, que proporcionan casi dos tercios de la pesca mundial. Se pueden encontrar bajo distintas formas: marismas, estuarios, bancos fangosos, lechos fluviales, estanques, pantanos, deltas, arrecifes de coral, ciénagas, lagunas, mares poco profundos, turberas, lagos y llanuras aluviales, por citar tan sólo algunos ejemplos. Casi todos los países tienen humedales de algún tipo.


Los manglares son, por regla general, zonas húmedas tropicales. Las raíces de los mangles, que se encuentran semisumergidas, se extienden por debajo del agua y retienen sedimentos, evitando así que éstos sean arrastrados al mar. Algunos manglares se plantaron estratégicamente entre la tierra y el mar con vistas a estabilizar la estructura de la costa y a proteger a las poblaciones de violentas tempestades y olas gigantescas. Producto de ello es un territorio pleno de tranquilidad, una zona de cría de peces y un refugio para la fauna que permite a los pobladores ganarse el sustento en diversos empleos, que abarcan desde la quema de carbón a la apicultura.


Las llanuras aluviales son zonas inundadas en ciertas estaciones del año por ríos o lagos, que pueden encontrarse en muchas partes del mundo. Una de las más importantes es la de Kafue, en Zambia. Esta extensa zona de pastizales, manantiales de agua caliente, pantanos y bosques rodea el río Kafue, que se desborda todos los años en diciembre, alcanzando su nivel máximo en mayo, tras lo que el nivel del agua va bajando hasta alcanzar el nivel mínimo en noviembre. Los llanos Kafue constituyen un hábitat extraordinario para las aves y albergan más de 400 especies.


Al contrario que las llanuras aluviales, que cambian constantemente, las turberas son zonas tranquilas y húmedas. Alimentadas sobre todo por precipitaciones suaves, contienen materia orgánica que se va acumulando a lo largo de muchos años, formando ricos depósitos de turba. Los pantanos también producen turba, aunque, a diferencia de las turberas, se alimentan de ríos y corrientes. Las marismas amortiguan el drenaje de las precipitaciones, controlando el flujo de ríos, lagos y corrientes.


A lo largo de las costas de los Países Bajos, Alemania y Dinamarca se extienden las marismas saladas y arenosas del Waddensee, que forma parte del Mar del Norte. El agua es tan poco profunda que el lecho del mar queda al descubierto en las horas de marea baja. Los bancos fangosos, las dunas arenosas, los pantanos salados y las barreras de islotes del Waddensee atraen a cientos de focas y millones de aves migratorias, que forman en su conjunto una de las zonas de alimentación más importantes del norte de Europa. Este humedal alimenta también al 80 por ciento de la población de platija, al 50 por ciento de la de lenguado y prácticamente a la totalidad de la de arenque del Mar del Norte.


Estas breves descripciones sirven para ilustrar la variedad de humedales que cabe encontrar. Pero, a pesar de su variedad, todas estas zonas tienen algo en común: todas están amenazadas.



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