El Clima en Crisis

Truck Cada vez que encendemos la luz, usamos un ordenador, vemos la televisión o cocinamos, lo más probable es que estemos creando dióxido de carbono (CO2), que no sólo es el gas más abundante en estado natural y que puede llegar a ser contaminante, sino la principal causa del calentamiento de la atmósfera.

La electricidad que usamos la generan las centrales eléctricas, que en su gran mayoría queman combustibles "fósiles", llamados así por haberse formado por la lenta descomposición de vegetales y otros restos orgánicos que a lo largo de millones de años se fueron depositando en lechos subterráneos.

Los tres combustibles fósiles que quemamos son el carbón, el petróleo y el gas natural, que contienen hidrógeno y carbono. Al quemarse, dichos componentes se mezclan con el oxígeno de la atmósfera y así se produce el CO2.

Desde la Revolución Industrial, hace 200 años, hemos estado bombeando CO2 a la atmósfera, y ahora estamos viviendo las consecuencias. El CO2 y otros gases, entre ellos el metano y el óxido nitroso (producidos por la eliminación de desechos, la ganadería, el uso de fertilizantes y otros factores), así como los clorofluorocarbonos (CFC), que son tan perjudiciales, han formado una especie de manto alrededor de la Tierra. Con el paso de los años, estos gases captan cada vez más calor, que de otra manera escaparía al espacio. El calor retenido rebota en la superficie terrestre, hace aumentar la temperatura del planeta y crea lo que comúnmente se denomina el "efecto invernadero".

Al paso que cambia nuestro clima, pronto la temperatura del mundo será más elevada que en ningún momento de los últimos 10.000 años.

En el mundo próspero y desarrollado se producen casi 5.000 millones de toneladas de CO2 al año. El problema empeora cada vez que conducimos un vehículo, viajamos en avión o, incluso, cuando quemamos leña.

Los árboles son grandes reservas naturales de CO2, que algunos metabolizan durante un siglo entero o a veces más tiempo. Con el paso de los años, los bosques absorben millones de toneladas de CO2 de la atmósfera y ese proceso sirve para estabilizar el clima del planeta. Sin embargo, cuando especuladores y urbanizadores incendian bosques, como sucede en muchos casos al desmontar tierras para la agricultura o ampliar ciudades, la combustión libera este gas cuyos componentes formaron parte del árbol durante toda su vida. El deterioro del medio ambiente se ve acentuado; al no renovarse los bosques, existen menos árboles que absorben CO2 precisamente cuando se necesitan más que nunca.