La solución de los problemas: una utilización racional


La maravilla de los humedales



Solving the problems
Para que los humedales se desarrollen al máximo es preciso gestionarlos de forma racional, moderada y prudente. ¿Pero quién debe encargarse de su manejo?


Los pobladores de estos hábitats, esenciales desde un punto de vista ecológico, pueden ofrecer una contribución clave. A lo largo de las generaciones han establecido códigos, sistemas y creencias en los que se fundamentan el equilibrio y la conservación de sus recursos naturales. Conocen íntimamente los alrededores y también las aves y demás animales que integran el ciclo anual. Estos conocimientos tradicionales de la población local sientan con frecuencia la base de una conservación eficaz.


Los gobiernos también desempeñan un papel importante. No sólo porque administren fondos y puedan promulgar leyes, sino también porque pueden proporcionar la formación necesaria a los gestores, científicos, ecólogos, hidrólogos y otros especialistas encargados del mantenimiento de los humedales. Pueden hacer cumplir planes de control estrictos y encargar evaluaciones ambientales periódicas si un humedal se ve amenazado. Y en los casos en los que los humedales estén situados en parques nacionales o marinos, las administraciones pueden reforzar las ordenanzas locales aplicables a dichas zonas.


Pero para que esto suceda es necesario convencer a los políticos y a los gobiernos de la importancia que revisten los humedales, de que desempeñan una función ambiental clave y de que son productivos para la economía del país. Los países deben aprender la lección básica de que el deterioro y la destrucción de los humedales ocasionan en última instancia mayores gastos que su conservación.


Lo mismo es cierto en los casos en los que los humedales traspasan fronteras internacionales: por ejemplo, Bolivia, Brasil y Paraguay comparten el extenso Pantanal; Burma, Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam explotan el río Mekong; y el Mar de Aral está situado entre Kazajstán, Rusia y Uzbekistán. Por ello, la cooperación internacional y el libre intercambio de información son cruciales para el florecimiento de los humedales.


Por último, los incentivos financieros siempre contribuyen a cualquier causa, y eso no deja de ser cierto Running deers en el caso de los humedales. En la medida de lo posible, es preciso fomentar su protección con ayudas económicas, procedentes no sólo de instituciones internacionales, como es el caso del Banco Mundial, sino también de los gobiernos nacionales y regionales.




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