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A fines de la década de los setenta, el WWF pasó de ser una pequeña organización concentrada en los problemas de las especies
amenazadas y de la destrucción del hábitat, a ser una institución internacional involucrada en todo tipo de temas ambientales. Sin
embargo, lo más importante de todo esto era la necesidad de integrar desarrollo y conservación.
El WWF marcó un hito en la década de los ochenta en colaboración con la UICN y el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente) con la publicación conjunta de la Estrategia Mundial para la Conservación. Respaldada por el Secretario General de las Naciones
Unidas, la estrategia fue lanzada simultáneamente en 34 capitales del mundo.
La estrategia recomendaba un acercamiento holístico a la conservación y resaltaba la importancia de utilizar los recursos naturales
sosteniblemente. Desde su lanzamiento, 50 países han formulado e iniciado sus propias estrategias de conservación nacionales, basados en sus
recomendaciones. Una versión simplificada, Cómo Salvar el Mundo, fue publicada posteriormente en varios idiomas.
Mientras tanto, el WWF siguió reforzando su base de apoyo popular. En 1981, cuando Su Majestad, el Duque de Edimburgo, se posesionó en lugar
de John Loudon como Presidente del WWF Internacional, la organización tenía un millón de auspiciantes regulares a nivel mundial. Los
esfuerzos de recaudación de fondos recibieron un impulso en 1983, con el lanzamiento de la Colección de Estampillas sobre la
Conservación. Bajo este esquema, el WWF con la colaboración de la compañía Groth AG trabajó con las autoridades de
correos en más de 200 países, ayudándoles a seleccionar especies amenazadas para que aparecieran en sellos oficiales de correos. El
programa logró, en ese entonces, recaudar más de 13 millones de dólares.
Para 1986, el WWF empezó a entender que su nombre ya no abarcaba la totalidad de sus actividades. Entonces, la organización decidió
publicitar la expansión de su mandato cambiando su nombre de Fondo Mundial para la Vida Silvestre a Fondo Mundial para la Naturaleza. Las
organizaciones nacionales de Estados Unidos de América y Canadá, conservaron, sin embargo, el antiguo nombre.
Como parte de la celebración de su XXV aniversario, el WWF invitó a líderes de las cinco religiones más importantes del mundo a
dos días de retiro en la histórica ciudad italiana de Asís. Luego del retiro, los líderes emitieron declaraciones
señalando que la conservación era un elemento fundamental dentro de sus respectivas religiones. Esto impulsó a la formación de
una red internacional que actualmente incluye ocho religiones, a través de la cual el WWF y los grupos religiosos trabajan juntos para alcanzar
objetivos comunes.
El status del WWF de organización no gubernamental con la cual les agrada trabajar a los gobiernos, significa que está muy bien posicionado
para presionar sobre cambios de políticas gubernamentales. En 1985, la organización ayudó a llevar a cabo una moratoria a la pesca de
ballenas. Desde entonces, un santuario de ballenas ha sido establecido en un importante territorio de alimentación de la Antártida.
El hecho de que la organización tenga buenas relaciones con los gobiernos ha servido también para la negociación de canjes de deuda por
naturaleza, bajo los cuales una parte de la deuda externa de las naciones es convertida en fondos para la conservación. Los canjes de deuda por
naturaleza han sido realizados por numerosos países, incluyendo a Ecuador, Madagascar, Filipinas y Zambia.