PLAZA DE TOROS
DE SANTAMARÍA
 
Domingo 9 de febrero de 1997
Cuarta de abono
 
Seis toros de ERNESTO GUTIÉRREZ ARANGO,
de vergonzosa presentación que ofrecieron un desigual
juego. El primero fue un peligroso manso mirón que
llegó muy descastado y "calamocheando" a la muleta.
El segundo, protestado por su "anovillada" presentación,
tampoco ofreció mayor cosa en el último tercio. El
tercero, al igual que sus hermanos, llegó sin raza a la
muleta y terminó buscando tablas. El cuarto resultó ser
el más potable de la tarde, aunque por momentos se
paró. El quinto, aunque de embestida descompuesta,
no fue mostrado apropiadamente por su lidiador. El
sexto dió un interesante juego, dejándose en los tres
tercios.
 
Pesos: 538, 499, 505, 492, 487, 545.
 
JESUS JANEIRO "JESULÍN DE UBRIQUE"
de palo rosa y oro
(silencio y oreja con gran petición de la segunda)
estocada; gran estocada
 
JOSÉ GÓMEZ "DINASTÍA"
de azul celeste y oro
(silencio y protestas)
pinchazo y estocada; pinchazo y estocada
 
VICENTE BARRERA
de pizarra y oro
(oreja y vuelta al ruedo)
estocada; dos pinchazos y estocada
 
Incidencias: Por su destacada labor en banderillas, 
saludaron montera en mano Wilson Chaparro
"El Piña" y el subalterno español Vicente Yestera.
 
Entrada: Más de tres cuartos del aforo.
 
Después de cinco años de su presentación en la primera plaza del país, Jesulín de Ubrique dio muestras de un toreo serio, profundo y mandón, desmintiendo las opiniones de muchos críticos taurinos que no dan cuenta de las buenas condiciones de este gran matador. En su primero fue muy poco lo que pudo hacer ante las condiciones del animal, sin embargo, dio muestras de una gran voluntad para agradar. A su segundo lo lidió perfectamente con el capote, cuidándolo y consintiéndolo, dada la justita fuerza que tenía el animal. En la muleta ejecutó excelentes series por ambas manos, bajando la mano y mandando mucho al toro, para después cobrar una excelente estocada que hizo rodar al astado sin puntilla. Cortó una oreja, aunque injustamente la presidencia no otorgó la segunda, por lo que fue duramente recriminada.
 
"Con los toros malos, se descubren los toreros malos", frase dura pero que resume perfectamente la actuación del antioqueño José Gómez "Dinastía", quien venía de triunfar apoteósicamente en Medellín (donde indultó un toro) y que había generado grandes expectativas en la afición bogotana.
En el primero de su lote, segundo de la tarde, poco o nada pudo hacer ante el caldeado ambiente que se había generado en la plaza por causa de la paupérrima presentación del que le correspondió en suerte. En su segundo, dio muestras de una gran falta de técnica y oficio y, además, de muy poca voluntad por agradar. En suma, no le dió la lidia apropiada a su toro por lo que fue duramente pitado al final de su labor.
 
El valenciano Vicente Barrera, impactó muchísimo por su verticalidad y gran personalidad para ejecutar las diversas suertes. En el primero de su lote, logró muy buenas series, sobre todo por la izquierda, sufriendo una aparatosa cogida al final de la faena que, afortunadamente, no tuvo consecuencias que lamentar. Todavía con los efectos de la paliza que le había propinado al astado, lió la muleta para cobrar una buena estocada que emocionó al público presente, por lo que le fue concedida una justa oreja. En el último de la tarde nos deleitó con unos excelentes estatuarios, para después ligar con ambas manos series de gran calidad. Terminó su labor con unas manoletinas de gran empaque, para después irse a por la espada, cobrando dos pinchazos y una estocada, lo que le privó de los trofeos. Dió una aplaudida vuelta al ruedo.
 
Luis Fernando Mejía