Ordenadores con fallos y que funcionan perfectamente

Texto:Rafael Hernández



El ordenador probeta

El experimento Teramac ha servido para probar varios hechos que permiten especular en la posibilidad de construir ordenadores basados en nanotecnología química.

En primer lugar es posible construir un ordenador a partir de partes defectivas si se tiene la suficiente redundancia en los caminos de comunicación para que el sistema pueda buscar caminos alternativos para conectar los procesadores lógicos activos, y si el compilador dispone de dicha información de antemano a la hora de crear el código ejecutable.

Este hecho es de singular relevancia no sólo para construir ordenadores a partir de chips tradicionales defectivos sino, y muy especialmente, a la hora de construir ordenadores basados en nanotecnología química ya que los componentes químicos creados están sujetos a errores de varios tipos, de tal manera que los cristales obtenidos en el tubo de ensayo nunca serán totalmente puros. Así pues, puede ser posible ensamblar puertas lógicas químicas (nanopuertas) con menos del 100% de pureza, ensamblarlas entre sí con errores y aun así disponer de un ordenador tan útil y fiable como los ordenadores tradicionales.

No solo eso, sino que además, si durante la vida útil del mismo falla algún componente simplemente hay que reconfigurar de nuevo las conexiones para tener un nuevo ordenador funcionando a la perfección.

En segundo lugar, los componentes más esenciales para la nanotecnología electrónica serán las líneas de comunicación y los dispositivos de enrutamiento y habrá que poner menor énfasis en los elementos de computación lógica.

En tercer lugar, se ha utilizado un paradigma de construcción de ordenadores ligeramente diferente. La manera clásica es diseñar el ordenador, construirlo perfectamente, compilar el programa y ejecutarlo. Con Teramac la filosofía es ligeramente diferente: se construye el ordenador (aunque sea imperfectamente), se encuentran los defectos de construcción, se reconfigura lo que funciona mediante software, se compilan los programas y se ejecutan. De esta manera lo que es una ardua tarea de hardware se pasa a una no tan ardua tarea de software con los beneficios de coste asociados. Evidentemente, para ello el compilador tiene que ser mucho más inteligente de lo acostumbrado, pero los investigadores de Hewlett-Packard han demostrado la vía a seguir para construir este tipo de compiladores.

Esta arquitectura, extrapolada al mundo nanotecnológico podría ser la clave para la construcción de ordenadores cientos de veces más potentes que los actuales. ¿Saldrá el ordenador del futuro de una probeta? Sólo el tiempo nos lo dirá.

Imágenes generadas con Teramac en configuración con hipercubo.

Imágenes generadas con Teramac en configuración con hipercubo.

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  BIBLIOGRAFÍA
  A Defect-Tolerant Computer Architecture : Opportunities for Nanotechnology. Heath J.R. et al.. Science vol 280, pp 1716-1721 (1988)