Situación: Plaza del Pilar.
Datación: Siglos XVII al XX.
Puntos de interés: Santa Capilla - Coreto - Capilla de San Antonio de Padua Pinturas de los Bayeu y Goya.
La construcción de la actual Basílica del Pilar está íntimamente ligada al aumento de la devoción pilarista a lo largo del siglo XVII. El anterior edificio gótico-mudéjar se queda pequeño ante el creciente número de fieles y se hace necesario levantar un nuevo templo grandioso y monumental, más acorde con el nuevo espíritu triunfante de la Iglesia de la Contrarreforma y con la recién adquirida categoría de concatedral. Se promueve una campaña popular en favor de la nueva construcción que pronto da sus frutos, y ya en 1674 el Cabildo decide tomar la iniciativa de las obras.
La fisonomía actual del Pilar es el resultado de un largo proceso constructivo que se inicia con el proyecto del zaragozano Felipe Sánchez, revisado posteriormente por Herrera el Mozo, arquitecto de Carlos II. La intervención del arquitecto real Ventura Rodríguez a partir de 1750 fue decisiva: renueva la decoración interior eliminando el recargamiento -según las nuevas corrientes clasicistas de la época- y diseña la Santa Capilla y el Coreto.
El interior, espacioso y diáfano, es una planta de salón con tres naves de igual altura. Los muros se animan con los motivos clasicistas diseñados por Ventura Rodríguez: pilastras, hornacinas, guirnaldas, palmas y ángeles tenantes. La Santa Capilla es un espacio sagrado concebido como un escenario donde se funden todas las artes, una exaltación de María a través de los sentidos, con la persuasión propia de la retórica del barroco. Los ricos materiales, jaspes, mármoles y bronces, se funden con la decoración escultórica y la pintura de su cúpula. En el altar se representa la escena de la Venida de la Virgen ante Santiago y los Primeros Convertidos, obra de José Ramírez de Arellano que muestra una clara influencia del barroco romano y en concreto de Bernini.
La cúpula que cubre la Capilla fue decorada por el pintor Antonio González Velázquez, con el tema de la Venida de la Virgen y Construcción de la Santa Capilla. Tras el altar se situa el altorrelieve de la Asunción, realizado por Carlos Salas siguiendo el academicismo clasicista tan del gusto de la época. En el Coro de la Virgen o Coreto, enfrente de la Santa Capilla, destacan la sillería de madera de indias, y la decoración al fresco de la bóveda, pintada por Francisco de Goya al regreso de su estancia en Italia (1772).
La decoración pictórica de las bóvedas y cúpulas que se situan en torno a la Santa Capilla se encargó a Francisco Bayeu, quien las realiza en colaboración con su hermano Ramón y su cuñado Francisco de Goya. En la cúpula pintada por Goya, siguiendo la temática de exaltación mariana, se representa la letanía Regina Martirum (1780), la Virgen como Reina de los Mártires; constituye una de las obras murales más importantes de un Goya ya maduro, comparable a los frescos de San Antonio de la Florida en Madrid.
Entre las capillas destaca la de San Antonio de Padua. Es un conjunto suntuoso donde se desarrolla un interesante programa barroco, fruto de la colaboración entre el escultor José Ramírez de Arellano y el pintor José Luzán, primer maestro de los hermanos Bayeu y de Goya.
GOYA
BÓVEDA DEL CORETO El joven Goya, al regreso de su viaje a Italia, se va a enfrentar con un importante encargo: la decoración al fresco de la bóveda del Coreto del Pilar. Esta pintura, tanto por su tema —la Gloria o Adoración del Nombre de Dios— como por su tratamiento, resume toda la tradición tardobarroca y rococó en la que se formó el artista.
Coros de ángeles con instrumentos y partituras musicales cantan la gloria de Dios, representado por el triángulo que contiene su nombre en hebreo y que corona el conjunto. La elección de esta escena se ajusta a la perfección al espacio que cubre la bóveda: el coreto donde los infantes entonan sus himnos.
Esta primera intervención en el Pilar supone un gran éxito para el joven pintor; a partir de este momento, recibirá numerosos e importantes encargos. El más relevante de ellos será el conjunto mural de la Cartuja de Aula Dei.
CÚPULA REGINA MARTYRUM En 1780, ya establecido en Madrid, Goya regresa a Zaragoza para participar en la decoración de los techos que rodean la Santa Capilla. Al frente de este ambicioso proyecto se encontraba Francisco Bayeu, que cuenta con la colaboración de su hermano Ramón y de su cuñado. A Goya le correspondió la pintura de la cúpula frente a la Capilla de San Joaquín, donde representa la letanía Regina Martyrum.
La figura de la Virgen, en un trono de nubes, preside el grupo inferior de Santos Mártires, entre los que destacan los de origen aragonés: San Valero, San Lorenzo, Santa Engracia, San Lamberto o Santo Dominguito de Val, ocupan lugares preferentes en la composición.
El conjunto se completa con las pechinas en las que se representan alegorías de Virtudes.
La libertad creativa de Goya choca con las normas académicas que defiende Bayeu, responsable último de las pinturas ante la Junta de Obras del Pilar. El tiempo dará la razón a Goya: la cúpula Regina Martyrum junto con la de San Antonio de la Florida en Madrid son las obras murales que representan la plena madurez del artista.
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