Estas mujeres, las Ménades, eran prácticamente invulnerables y eran capaces de hacer trozos de las bestias feroces y de los seres humanos, con los que nutrían los cachorros de leones y se olvidaban completamente de sus familias. Mientras que con su séquito Dionisio recorría las islas del Mar Egeo, en la isla de Naxos encontró a Ariadna abandonada por Teseo y se casó con ella, obteniendo su inmortalidad. Relacionados con los aspectos de la naturaleza como Demetria, diosa de las cosechas y Dionisio, dios de las viñas, existían también otros dioses presentes en todo el mundo natural.