Los Caballeros del Zodiaco contra la Diosa Hera
Por: Gabriel Golcher Llobet

Capítulo 1: Las réplicas.

Hera estaba en su palacio, el que estaba a la par del de Zeus, y éste le había encomendado quitarle el poder que Atena ejercía sobre la Tierra. Atena se había hecho demasiado poderosa, y últimamente se estaba corrompiendo. No había nadie, ni los dioses, que no se corrompieran por el poder absoluto, y ella, al dominar el mundo, se le estaba olvidando su tarea de eliminar el mal. Ella se estaba adueñando de mucho del dinero del mundo, y ahora se estaba haciendo una vida mucho más lujosa que antes, y lo peor, es que Atena le había hecho un escudo a la Tierra con su cosmo, y así ninguno de los otros dioses podría saber que estaba pasando en la mundo. El problema que tenía Hera es que ella no tenía guardianes protectores como los tenía Atena, y tampoco tenía armadura ni conocimiento de la pelea, pero se le había encomendado este trabajo y ella lo haría. Sí podía hacerse sus propios protectores, pero estos serían peleadores sin experiencia que serían destrozados contra los protectores personales de Atena: Seiya de Pegaso, Shiryu de Dragón, Shun de Andrómeda, Ikki de Fénix, y Hyoga de Cisne. Éstos magníficos peleadores también se habían corrompido bajo la vida lujosa que les dio Atena, pero seguían siendo excelentes peleadores, al siempre estar entrenando, porque Atena les daba una perfecta vida a cambio de protección. Hera no sabía que hacer, pensaba y pensaba, y se le ocurrió de algo…

Hera estaba en el reino de Hades, en el pasado, y vio a lo que buscaba, ahí estaban a los que buscaba, y entonces realizó su plan. La historia no cambio, todo duró menos de un segundo, nadie se dio cuenta de lo que paso…

Saori se encontraba comiéndose una extra lujosa comida con Tatsumi, y ella le pregunto:

- Tatsumi, espero que hayamos subido los impuestos por mi protección a 20%, verdad?
- Sí mi señora, así se hizo.

En ese momento entró Seiya de Pegaso todo tranquilo. Saori le dice, sin mover su cabeza para verlo:

- Siéntate Seiya, disfruta de esta exquisita comida.
- No, mejor dejo eso para después y hago lo que se debería haber hecho hace tiempo ahora, ¡Meteoro Pegaso!

Tatsumi apenas se puede meter al frente del meteoro para pararlo antes de que le pegue a Saori. Tatsumi cae al suelo muerto. Saori enfurecida de que la ataquen se levanta y ve a Seiya por primera vez.

- ¿Que haces con esa armadura? – le pregunta ella.
- ¿De que hablas? Bueno no importa, mi misión pronto terminará. ¡Dame tu fuerza Pegaso!

Seiya estaba apunto de pegarle a Saori, hasta que se le congela el puño. Él vuelve a ver, y ahí estaba el Caballero Cristal Hyoga.

- Seiya, ¿te atreves a levantarle los puños a Saori? Ahora tendré que matarte…

Hyoga se pone en posición de la Ejecución de Aurora

- ¿Que es esto? Siento puro séptimo sentido emanando de Hyoga, no solo nosotros los caballeros de bronce no podíamos tener séptimo sentido puro, sino también tiene la armadura Cristal, la cual era usada por su maestro difunto…

Hera esta viendo todo esto, y empieza a pensar que no tomó algo en cuenta.

- ¡Ahora muere, Seiya! ¡Ejecuci…!

Hyoga no puede terminar la oración, cuando de atrás le pegan un puñetazo por la espalda. Después solo se oye "¡La Furia del DRAGON!" y Hyoga sale volando y pega Hyoga con un pilar, el cual se quiebra. Atrás se encuentra Shiryu y su armadura de Dragón.

- Seiya, matemos a Atena una vez por todas…
- Hagámoslo.

De un momento salen un par de cadenas y les paran los puños, Seiya y Shiryu vuelven a ver, y ahí esta Shun, con la armadura de plata de su maestro Albiore, la armadura de Cephus. Mientras tanto se empezaba a levantar Hyoga.

- Éste es otro de los originales, Shiryu, mejor ataquémoslo, para que no cause más problemas.

Shiryu y Seiya usan sus poderes, y le pegan a Shun, el cual sale volando y pega contra la pared, Shiryu están apunto de atacar, cuando aparece el Ave Fénix, Ikki.

- Hermano, estás aquí para salvarme.
- Por supuesto Shun, ¡AVE FÉNIX!

Ikki, hace su ataque y se lo pega a Shun. Shun pega contra la misma pared y cae al suelo.

- Shun, te volveré a salvar. Prepárate.
- Ikki, que estás haciendo aquí, yo te ordené cuidar el Reino de Hades, ahora que él está muerto. – Dijo Saori.
- ¿De que hablas? Bueno, muy pronto no importara. ¡Ave Fé…!
- ¡Flecha Fantasma!

Salen miles de flechas y Ikki se tiene que cubrir todas, al no saber cual es la verdadera, de un momento a otro, se le clava una flecha en el brazo. Desde todos las flechas, se ve el Caballero Plateado de Sagitta, Seiya, y a la par esta el Caballero Plateado de Perseo, Shiryu.

- ¡Ahora verás Shiryu impostor! ¡Ilusión de Medusa!

Los ojos del escudo de Medusa de Shiryu se abren y el Shiryu de dragón tiene que esconder sus ojos detrás del escudo, mientras, Shun lanza su cadena de Cephus para moverle el brazo con el escudo a Shiryu y que así Shiryu se convierta en piedra, al no tener el escudo tapándole los ojos más. De un momento a otro aparece la Cadena de Andrómeda y para la Cadena de Céphus. Habían llegado Shun de Andrómeda y a su lado Hyoga de Cisne.

- Ya entiendo, han mandado copias de mis caballeros más poderosos, pero gracias a mi escudo de cosmo que protege la Tierra para que no sea vista por ningún otro dios; tuvieron que mandar a estos caballeros que son iguales a ustedes, mis caballeros, cuando pelearon contra Hades, y como las armaduras divinas solo funcionan en el reino del los dioses, tuvieron que usar las armaduras de bronce. No sabían que ustedes ahora tienen armaduras de plata reforzadas con mi propia sangre, tendrían armaduras de Oro, pero las de las constelaciones que los protegerían a ustedes fueron destruidas. – dice Saori.
- Shiryu, siento séptimo sentido emanando de éstos Caballeros de Plata, ¿pero porqué?, son iguales a nosotros, pero tienen un cosmo de un Caballero Dorado. – Dice Seiya de Pegaso.
- Ha Ha Ha , ustedes no saben la verdad sobre las constelaciones. Antes de que mueran, se los diremos, cuando uno usa una armadura de Bronce, saca su cosmo de una sola constelación, pero cuando usa una armadura de Plata, saca el cosmo de dos constelaciones, y cuando uno usa una armadura de Oro, saca su cosmo de tres constelaciones. Aunque uno suba de calidad de armadura, las viejas constelaciones siempre le siguen brindando su poder. Nosotros somos un tipo de Caballero diferente, un Caballero superior, nosotros no sacamos 2/6 del poder de una constelación, no, nosotros no, nosotros usamos 3/6 del poder de una constelación, y al tener dos constelaciones, sacamos un poder de 6/6 comparado con el poder de un caballero de plata normal de 4/6. También hay que añadirle el poder que le da al cosmo la armadura, y nuestro poder sube a 8/6, mientras que un Caballero de Plata normal tendría apenas 5/6. Los caballeros de Oro tienen un poder de 8/6, y si nosotros fuéramos de Oro, tendríamos un poder de 12/6 contando la armadura. Ahora ya saben que no tienen chance contra nosotros, así que ¡prepárense a morir!, Al ustedes tener un poder de solo 4/6. – Dijo Seiya.

Hera notó su grave error completamente. Ella asumió que estos ultra caballeros de Atena se quedarían igual de poder. Ella no pudo ni pensar en dejar que esas copias de los caballeros mueran, aunque sean copias, siguen siendo gente. Ella decidió actuar en ese momento.

- Mis Caballeros de Plata, no le tengan compasión a estos enemigos, destrúyanlos, servirá de entretenimiento verlos sufrir. –le dice Saori a los Caballeros de Plata. Llévense el cuerpo de Tatsumi, puede atraer las moscas, y eso arruinaría mi comida. – le dice Saori a unos guardias, - Y llamen a Ikki, él puede querer disfrutar también.

Saori se sienta a comer mientras los cuatro Caballeros de Plata están destrozando a las réplicas de Bronce.

- Seiya, Ikki, Shiryu, Shun, debemos unir nuestros poderes y atacar a la vez a un solo Caballero de Plata. – Dice Hyoga de Bronce.
- Correcto. – dicen los otros.
- ¡Polvo de Diamante, Meteoro Pegaso, Cadena de Andrómeda, Ave Fénix, la Furia del Dragón! - dicen todos los caballeros de bronce mientras atacan al Caballero Cristal Hyoga.

Hyoga, rápidamente, agarra a Shun de Cephus y lo pone para que reciba el ataque. Shun sale volando, su armadura destruida, y cae al suelo, muerto.

- ¡Ahora Shiryu! – dice Hyoga de Cristal.
- ¡Ilusión de Medusa!

Shiryu convierte a todos los Caballeros de Bronce en piedra. Saori se levanta, y tranquilamente agarra su báculo, y prosigue a quebrar a todos en pedazos, primero a Seiya, después a Shiryu, Hyoga, Shun, y después es interrumpida por un guardia, y no llega a destruir a Ikki. Éste le dice:

- Señora, Ikki dice que está muy ocupado para gastar su tiempo con cosas del santuario.
- Esta bien, como sea, dígale a Ikki que su hermano a muerto, y también llévese el cuerpo y déselo a los perros o algo.
- Sí mi señora.
- Recuerde, NO le deje la armadura al cuerpo.
- Pero mi señora, esa es una tradición del santuario dejarle la armadura al cuerpo durante un año…
- ¡DIJE QUE NO! No nos sirve una armadura en un cuerpo, empiece en un momento los entrenamientos del Caballero de Andrómeda para la Armadura de Cephus. ¿Me entendió?
- Si mi señora.

El guardia se va, y en ese momento aparece Hera. Ella ve todas las réplicas que ella había hecho en pedazos, excepto a Ikki.

- Aquí está la responsable de todo esto… - Dice Saori
- Atena, has deshonrado a los dioses, debes morir.
- Fracasaste Hera, mis caballeros siempre acabarán con el mal.
- Atena, tú eres el mal, te has vuelto corrupta, el Santuario es una desgracia ahora.
- ¿Como te atreves a insultarme?

Saori se enoja y decide deshacerle el hechizo de piedra a Ikki, pero solo en la cara, así no resucitará, y no podrá dañarlos en nada.

- ¿Ves Hera? Si tengo compasión, no lo mate. Ahora mis Caballeros de Plata, ¡maten a la Diosa Hera!
- ¡Hagámoslo!

Hera se desaparece rápidamente y se devuelve a su palacio, ahora era hora de reportarle a Zeus que falló.

Capítulo 2: Hera ataca por el tiempo.

Hera no lo podía creer, no había tomado en cuenta la fuerza de los protectores personales de Atena. En el Santuario todavía no habían Caballeros Dorados, porque nadie había podido pasar los exámenes; lo más que habían eran Caballeros de Plata, y los protectores de Atena. Tenía que haber alguna manera de atacar, podría reclutar a los Caballeros de Plata y Bronce y al General Marino Sorrento, pero ni juntos podrían acabar con estos Caballeros Prodigios. Hasta habían rumores de que a Sorrento, con tal de que no cause problemas, se le había dado el campo más alto entre los Generales Marinos, y ahora simpatizaba con Atena. Igual Ikki, excaballero de Fénix, ahora ¿quién sabrá que armadura tiene?, se le dio el Reino de Hades para que lo cuidara. Hera creía estar perdida, no podía atacar al Santuario de frente porque volvería a ser derrotada, pero tenía que haber una manera, y en ese momento se le ocurrió, se llevaría a Atena cuando ella era bebé fuera de la historia, y le haría unas copias a los Caballeros de Plata de Atena cuando eran pequeños y así entrenarlos a ser caballeros de Oro para derrotar a Arles. Antes ella no les podía hacer copia, porque estaban protegidos por el cosmo de Atena, ya que Atena le había hecho un manto protector de cosmo a sus caballeros en cualquier punto de tiempo, pero ahora que Atena no estaría influenciando la historia, al estar fuera de ella, Hera sí les podría hacer copia. Hera había hecho su plan, era hora de irse al pasado…

El campo de batalla… aquí pelearon Ayoros de Sagitario y Shura de Capricornio. Shura se había ido y ahí estaba la bebé Atena y Ayoros pronto subiría esa montaña y la salvaría. Hera agarró la bebé, y Ayoros subió la montaña y la vio con la bebé.

- ¿Quién eres tú y que haces con esa bebé?
- Soy la Diosa Hera, y vengo a levarme a esta bebé.
- La vas a salvar…
- No…

Hera se desapareció y Ayoros se dio por vencido y él murió en ese lugar.

Hera está otra vez en el presente, todos los dioses saben lo que pasó, si se cambia la línea del tiempo, ellos saben. Ahora Hera decide ir al Santuario y ver que pasa.

En el Santuario, está Arles gobernando, y todo está parecido que cuando Atena gobernaba, en ese momento, Hilda decide atacar, y Arles manda a sus 11 Caballeros Dorados para atacarla. Mientras éstos pelean contra Hilda, Poseidón ataca al Santuario, y están tablas los Generales Marinos contra todos los restantes Caballeros de Plata y Bronce, pelean por días, y ningún lado agarra ventaja. Lo peor es que Hades decide atacar en ese momento, y ahora son 3 fuerzas peleándose entre sí. Toda la Tierra se convierte en guerras, y al final, los tres grupos terminan destruyendo el mundo.

Hera no puede creer lo que había hecho, había hecho que el mundo se destruyera. Hera decidió volverse un toque al pasado y salvar a los Caballeros de Plata cuando eran pequeños y los empezó a entrenar, pero esta vez no enseñaban cualidades extremas como antes, tal parecía que la motivación y el cosmo de Atena era la fuente de su poder superior, sino se convertirían en Caballeros de Plata regulares, y eso no sería suficiente contra los Caballeros de Plata del presente. Hera no podía impedir que los Caballeros de Plata no nazcan, porque el cosmo de Atena los protegía, no importa que le pase a Atena, aunque muera, pero Atena no les había hecho una capa permanente de cosmo a ellos impidiendo que se les hiciera copia cuando ella estuviera fuera del tiempo. Atena no se había protegido con su propio cosmo, porque eso usaría mucho de su propio poder, y sabía que el mundo quedaría en ruinas si ella no salvara el mundo. Aunque sea ella no quería morir, así que tenía su cosmo listo, por si en cualquier momento, hubiera un atentado contra su vida afuera de la historia.

Hera decidió tomar otro camino, decidió poner todo donde estaba, pero antes decidió agarrase algunos Caballeros para atacar al Santuario, y como ahora habían Caballeros de Oro en esta línea del tiempo, decidió llevárselos y ponerlos a pelear contra los Caballeros de Plata.

Otra vez en el campo de batalla, Hera se acaba de ir, y había vuelto, Ayoros estaba en el suelo, cuando apareció Hera y le dijo que salvara a Atena, que el mundo sería peor sin ella, y así Ayoros lo hizo, todo pasó como debería haber pasado. Excepto que cuando Ayoros debería haber muerto al frente del Señor Mitsumasa Akido, solo se estaba haciendo el muerto, para poder acompañar a Hera al presente y poder matar a Atena.

Estaban los doce Caballeros de Oro, y Hera les enseñó a ellos mismos muriendo en las batallas de las Doce Casas, y los restantes contra las fuerzas de Hades, y todos decidieron ayudar a Hera…

En el presente, los Doce Caballeros Dorados aparecen en el Santuario, en media plaza. Todas las personas corren al ver gente difunta aparecer en frente de sus propios ojos, y algunas armaduras que habían sido destruidas en la batalla contra Hades, de vuelta, puestas, en perfecto estado.

Atena, sintiéndolo en su cosmo, se da cuenta de que acaban de aparecer Hera con los Doce Caballeros Dorados, y decide mandar a Hyoga a raptarse a Hera y poner el reloj de fuego. También manda a llamar a Ikki.

Estaban los Doce Caballeros peleando contra Caballeros de Bronce puestos ahí para distraerlos, cuando se escabulle Hyoga entre los peleadores, y se rapta a Hera y sube por las Doce Casas. Saori decide poner Caballeros normales en las Doce Casas, prometiéndoles que si mataban a algún Caballero Dorado, que ella los haría Caballeros Dorados, y retó a los Caballeros Dorados a pasar las Doce Casas en menos de 6 horas o Hera moriría. Los Caballeros Dorados deciden aceptar el reto, y pasaron rápidamente las Doce Casas en menos de 4 horas. Seiya y los demás Caballeros de Plata superiores decidieron no honrar el reto, y matar a Hera de una vez, pero como los Caballeros de Oro duraron tan poco en pasar las Doce Casas, no tuvieron tiempo, y estaban a punto de atacar a Sagitta Seiya, Cristal Hyoga, y Perseo Shiryu, cuando Ikki, el líder de los Caballeros Negros apareció con una banda de otros Caballeros Dorados Negros, y él con la armadura de Leo negra, atacó a los Caballeros Dorados blancos. Estaban ganado los Caballeros Dorados blancos, cuando entró Saori, y le gritó a sus Caballeros que dejarán de pelear contra los Caballeros Dorados blancos, como ella se los ordenó ellos tuvieron que cumplir. Al no tener quién la defienda, todos los Caballeros Dorados blancos prendieron su cosmo y se prepararon a atacar a Atena. Al todos los Caballeros Dorados querer atacar a Atena, todas sus armaduras los dejaron, y así los Caballeros de Plata de Atena, y Ikki, decidieron, ponerse las armaduras Doradas que se le habían soltado a los Caballeros Dorados. Las armaduras los aceptaron, porque ellos sí tenían el cosmo para tener una armadura dorada, y porque el cosmo de Atena las obligó. Los Doce Caballeros Dorados, al no tener protección, se vieron en desventaja. Afrodita de Piscis y Máscara de la Muerte de Cáncer, los cuales querían riquezas como las tenían los nuevos Caballeros Dorados, y Shaka de Virgo, porque simplemente decidió que perder su vida por la verdad, era menos práctico que cambiarse al bando de Atena, se pasaron al lado de Atena para pelear por ella. Los Caballeros Dorados nuevos terminaron de matar a los restantes Caballeros Dorados sin armadura rápidamente. Los Caballeros Dorados corruptos: Seiya de Sagitario, Shiryu de Libra, Ikki de Leo, Hyoga de Acuario, Shaka de Virgo, Máscara de la Muerte de Cáncer, y Afrodita de Piscis, se empezaron a burlar de Hera, que con ganas de vencer a Atena, más bien le ayudó a consolidar su posición. Ellos no hicieron intento para atacarla, sino la liberaron, y la dejaron ir para que pudiera reportar su perdida y su ayudada no voluntaria a Atena al gran señor Zeus.

Capítulo 3: Hera rapta a Atena

Seiya se despertó, y vio que sus acompañantes de la noche anterior estaban durmiendo ahí todavía, ¡que insulto!… esas dos mujeres, aunque bellas, eran inferiores, y habían osado quedarse durmiendo ahí. No había manera de perdonarlas, Seiya se levantó y pensó en torturarlas, pero tenía pereza y decidió simplemente quebrarles el cuello….

Seiya decidió irse a bañar, llevaba 5 días sin hacerlo, y de por sí no tenía nada mejor que hacer. Él se empezó a bañar, y mientras se bañaba, se puso a pensar en otras cosas: pensó en Máscara de la Muerte y Shiryu, ellos se habían hecho excelentes amigos el uno del otro. Resulta que Shiryu ahora aprecia la buena vida, y empezó a pensar en lo que decía Máscara de la Muerte, y dijo que sí le parecía correcto. Según Máscara de la Muerte, la gente es inferior a uno solo porque estuvieron hechos desde un principio para servirle a uno, el Superior Caballero del Zodiaco. Ahora Shiryu estaba empezando a pasar mucho tiempo con Máscara de la Muerte, y era hora de matarlo, así Shiryu empezaría a pasar la mayoría de su tiempo de óseo con Seiya otra vez. Estuvo pensando en eso, Seiya, y también penso en tirarle la pista a la sirvienta que le servía el almuerzo de que necesitaba compañía femenina esta noche, pero una es muy poco, ¿a quién más le podía preguntar? En ese momento, Seiya maldijo a esas confiadas sirvientas que decidieron pasar la noche con él, porque aunque al final se creían mucho, siempre eran las mejores en cama. En ese momento le apareció la imagen de la Diosa Hera en su mente, ¡que bella era!, con sus ojos y pelo rojo rubí, sus labios de seda, su piel cremosa, sus pechos perfectamente formados (de lo que había visto), y unas piernas elegantes y bien hechas. Ella haría una perfecta acompañante en cama, pero le era imposible al ser su enemiga, pero eso se puede tomar de excusa para violarla. Nadie se había atrevido a violar a una Diosa, y eso es lo que haría él como muestra de su poder, el cual era superior a todo otro caballero. De ahí sus pensamientos se fueron a su increíble habilidad de resistir ataques, no se podía negar, él era casi inmortal. Había sobrevivido la paliza de la Casa de Leo, la Paliza que le dio Arles, la que le dio Poseidón, la que le dio el Caballero de Plata: Misty y muchas otras. Para el momento en que Hades le clavo la espada al corazón, eso era como un mínimo rasguño, y solo tuvo que faltar a un solo entrenamiento…

Para cuando se puso a pensar eso, Seiya ya había terminado de bañarse, y se estaba poniendo la ropa. Mientras se ponía la ropa, vio los cuerpos de las sirvientas muertas, y decidió montar los cuerpos. A él le gustaba tener relaciones sexuales con una mujer muerta, porque a ella no le incomodaba ninguna posición, y si las trataba mal, no importaba, no de que importara aunque estén vivas, pero los ruidos de dolor, aunque excitantes, molestaban después de un rato. Cuando él terminó, las dejo donde estaban, y decidió ponerse el resto de las ropas y su armadura.

Eran ya como las 9 de la mañana, y estaba tarde para su clase a los Caballeros de Bronce de Pegaso y Orión, bueno, no importaba, él daba las clases, así que él decidía cuando empezaban y terminaban. El Caballero de Pegaso perdió un brazo al pelear contra Seiya, porque Seiya se emocionó y le hizo un Trueno Atómico sin pensar, bueno, no importó, porque así aprendería a que no le duelan los golpes normales. De un momento a otro, oyó el cosmo de Saori, y creyó que era para que le hiciera un masaje, o algo más, pero cuando el mensaje decía: "Caballeros de Oro, he sido raptada por Hera en el templo de ella, necesito de su servicio ahora." supo que Saori estaba en peligro, y tenía que ir, porque sino esta vida perfecta se desharía. Se fue al templo de Atena para subir, guiado por el cosmo de Atena a el palacio de Hera, y se puso a pensar de que si hubieran enemigos, él no quisiera tener que pelearlos mientras los otros no hacen nada, así que fue a llamar a sus compañeros, pero primero no podía pelear con un estómago vacío, así que se fue primero a comerse un buen desayuno y después fue a salvar a Atena como el leal Caballero del Zodiaco que era.

Estaba en el palacio, a la par llegaron Ikki y Shaka. Ya habían llegado Máscara de la Muerte, Shiryu, y Hyoga. Solo faltaba Afrodita, porque se estaba maquillando para verse bien ante Hera. Al perecer, Hera si había hecho sus propios Caballeros para que los Caballeros de Oro perdieran tiempo y así Hera pudiera mandar Atena a juicio en el palacio de Zeus al hacer un hueco en el espacio con su cosmo. Ella podía hacer estos huecos en segundos, pero Atena le estaba peleando con su cosmo, y como el cosmo de Hera era mayor, le tomaría más tiempo en hacer el hoyo, pero sí lo haría. Al frente estaban unas réplicas físicas de los Dioses Guerreros de Asgard. Estos eran iguales a los Dioses Guerreros que pelearon ellos en Asgard, que solo podían subir hasta el sexto sentido, pero estos no tenían experiencia de batalla, así que serían destrozados. Después de un rato de esperar a que llegara, Afrodita por fin llegó, estaban ya aburridos de esperar, esperaron ¡2 horas y media!, y nadie pelearía a 2 Dioses Guerreros mientras los otros peleaban uno, no importa lo débiles que sean. Por fin empezó la batalla, corría lentamente el Dios Guerrero (por lo lejos no se veía quién era), y Seiya simplemente decidió agarrar su arco y flecha, y mandó la flecha volando, y mató al Dios Guerrero. Él fue a ver quién era y resultó ser Cid, pobre muchacho…

Seiya estaba listo para ir a salvar a Atena, pero si la iba a salvar ahora, no estarían corriendo con muy poco tiempo para salvarla así que decidió quedarse y pelear a alguien. Vio que Fenril estaba peleando a Máscara de la Muerte, y se hizo de una idea. Como tenía que matar a Máscara de la Muerte por estarse haciendo más amigo que Seiya de Shiryu, ¿porqué matarlo en una batalla uno contra uno? Mejor matarlo ayudado por Fenril…

Fue Seiya corriendo, y decidió usar un ataque del pasado, para que Máscara de la Muerte muera con nostalgia, se preparo y lo lanzó:

- ¡Meteoro Pegaso!
- ¿Que haces Seiya? – gritó Máscara de la Muerte.

No pudo recibir respuesta, porque el meteoro le pegó en su costilla. Seiya le quería pegar en la espalda, pero Máscara de la Muerte se dio vuelta… Máscara de la Muerte cayó en el suelo, y Seiya lo empezó a patear ahí abajo. Le pidió ayuda a Fenril y éste accedió. Ambos, entre patadas, mataron a Máscara de la Muerte.

- ¿Seiya, te has vuelto bueno?
- Fenril, siempre he sido bueno, tú has sido siempre el malo…
- ¡Flecha Fantasma!

Igual que el "Meteoro Pegaso", este ataque era diferente, primero que todo, las flechas eran el triple de grandes, y segundo que todo, no pegaba una sola flecha, sino todas las flechas se clavaban, porque hacía el ataque con un cosmo más fuerte. Fenril cayó al suelo, y Seiya le escupió al cuerpo por creer que Seiya se haría de los malos en el bando de Hera. Seiya se aburrió de esperar el reloj, y corrió hacia donde estaba Hera.

Cuando llegó, vio que Shiryu y Afrodita ya habían llegado, y entre los tres decidieron pegarle La Exclamación de Atena ahora que Hera les tenía la espalda puesta, sin darse cuenta de que habían llegado. Los tres se pusieron en la forma de triángulo, y dejaron soltar el ataque. Hera ni volvió a ver cuando sintió el golpe y salió volando, Seiya notó que si hubiera tenido armadura, se le hubiera destruido, y hubiera sido un gran gasto perder una armadura de esa manera. Hera calló en el suelo desmayada, y mientras Afrodita desataba a Atena, y el hoyo para ir al templo de Zeus se cerraba, Seiya decidió violar a Hera, pero nada pudiera ser más perfecto que ver el horror de la víctima, así que Seiya la despertó justo antes de empezar. Hera se despertó, y cuando vio que pasaba, gritó y trató de soltarse, pero Seiya no la dejaba. Seiya le pegaba repetidamente, y disfrutaba la cara de horror de Hera, el sabor de la sangre que soltaba por sus mucha heridas, la sensación que le daba violar una Diosa, y el perfecto cuerpo de ella. Éste fue unos de los días más divertidos de la vida de Seiya. Atena vio que pasaba y felizmente dijo:

- Procure hacerle mucho daño psicológico y físico, y después mate a la perra, ¿OK?
- ¡Claro Saori! – dijo Seiya.

Seiya terminó de violarse a Hera, y se empezaba a levantar para clavarle una flecha de Sagitario y matarla. Cuando estaba listo empezó a apuntar, y estaba a punto de dejar ir la flecha cuando Afrodita le pegó por detrás y gritó que él también quería violar a Hera. Seiya le gritó que deberían matar a Hera de una vez, y disfrutar el cuerpo después, pero Afrodita no accedió. Se empezaron a pelear, mientras Shiryu, Hyoga, y Shaka veían divertidos. Ikki se decidió ir porque tenía cosas que hacer en el Reino de Hades y no se quedó


Mientras Afrodita y Seiya peleaban, y los otros estaban distraídos, Hera hizo un Hoyo de Espacio y se fue por él, llegó a su templo, y se sentó a llorar en una esquina jurando venganza a todos los Caballeros del Zodiaco, no solo a Atena.

Capítulo 4: Hera reemplaza a Atena

La vida de Hera había perdido cualquier sentido alguno excepto de destruir a Atena y sus malditos Caballeros Dorados. Ella pensaba que la solución al problema era deshacerse de Atena antes de que los Caballeros Dorados se hicieran corruptos, pero no sabía ninguna manera de cambiar el pasado. Ella pensaba y pensaba, y no se le venía idea alguna de que hacer. Lo que necesitaba era transmitirle los ideales correctos a Atena, pero eso era imposible, porque no se le podrían quitar los viejos ideales. No había manera alguna de convencerla… Atena tendría que haber sido Hera para entender, y de ahí se le vino la idea de lo que haría. Hera empezó a desarrollar su idea en la mente, y al cabo de un rato, tenía su plan completamente formado. Si lo que necesitaban los Caballeros prodigios era motivación y el cosmo de un Dios, ¿porqué no podría ser otro Dios?

Hera ya sabía que hacer, se iría al pasado y se llevaría a la Atena bebé al presente, y así cuando todo esto pase, ella sería solo una bebé. Después Hera, en el pasado, se convertiría en la bebé haciéndole a todos creer que ella era Atena. ¡Este plan sí daría resultado y no podría fallar! Hera se fue al pasado decidida…

Otra vez Ayoros con la bebé, él estaba escalando la montaña para salvarla, y le apareció Hera a la bebé. Hera agarró a la bebé y la puso en su palacio, para que no sea molestada por nadie. Después volvió al pasado y alteró su forma física para semejar a Atena bebé. Ayoros subió la montaña y agarró a Hera creyendo que era Atena, y se la dio a Mistumasa Kido. Después de eso, todo lo planeado ocurrió, se haría el Torneo Galáctico, pelearían contra ciertos Caballeros, después contra los Caballeros Plateados, los de Oro, la batalla de las Doce Casas con Hera y la flecha en su pecho, la batalla contra Hilda y Hera manteniendo a los glaciares de hielo en su lugar. Hera siempre hacía lo que había dicho y hecho Atena, y si algo no salía como ella quería, ella iba al pasado y lo corregía. Todo iba igual que cuando la verdadera Atena estaba ahí. Todo, excepto cuando empezó la batalla contra Poseidón. Poseidón era un Dios, y al serlo, podía distinguir los cosmos de cada otro Dios, así que cuando Poseidón se llevó a la Hera que físicamente era igual a Atena, no sabía que era otra Diosa hasta que la tuvo en sus manos y ella se despertó. Hera se despertó y Poseidón la soltó aterrado. Hera cayó en el piso y le pregunto:

- ¿Que pasa?
- Tu no eres Atena
- ¡Claro que lo soy!
- No… tu cosmo… no es el de Atena, es… el de Hera.
- Se me había olvidado que los Dioses podían distinguir cosmos…
- ¿Donde está Atena?

En ese momento aparece otra Atena con un Hoyo del Tiempo. Hera está asustada, y Poseidón dice:

- Esta sí es Atena…
- Sí lo soy, Poseidón. Hera me puso en el presente de niña, y pasaron muchos años antes de que haya crecido lo suficiente para desarrollar el poder para ir a alinear el tiempo.

En ese momento Hera cambia su forma a la de su ser real, con sus ojos y pelo rojo. Poseidón mueve su cabeza como diciendo que sí, y Atena solo tiene una cabeza de odio ante Hera. Hera se dio cuenta de que no contó con Atena viniendo de el futuro después de que haya crecido y vio como todo su plan se deshizo.

- Poseidón, tú me prometiste casarte conmigo sí yo lo deseaba, ¿verdad?
- Sí, Atena.
- Entonces me casaré conmigo si matas a esta impostora, pero solo si queda muerta y podamos poner su cabeza en un jarrón.
- ¿Que te ha hecho ella?
- Quiso tomar el Santuario haciéndose pasar por mí.
- En ese caso, morirá…

Poseidón le clava su tridente en el estómago a Hera. Lo sigue metiendo hasta adentro por pedido de Atena, hasta que salen los pico por el otro lado y lo clava en el suelo atrapándola. Atena y Poseidón se besan, y Atena está sacando un cuchillo para matar a Poseidón y tomar control del Reino de Poseidón, pero Hera logra desclavar el tridente, y sangrando horriblemente, logra escaparse de ahí usando un Hoyo de Espacio.


Atena seguía besando a Poseidón, hasta que él se soltó al oír el tridente caer en el suelo, y vio que Hera se había escapado.

- No me cumpliste Poseidón, no me casaré contigo.
- Atena, entonces serás mi prisionera en el pilar mayor.

En eso Atena se fue por un Hoyo de Espacio, y del palacio de Hera, se fue al pasado y agarró a la Atena que se supondría estar en el Reino de Poseidón, y la puso envés de ella, y después todo ocurrió como debería haber ocurrido, y nada cambió.

Capítulo 5: Hera ataca por última vez.

Atena estaba tomando su taza de té diaria cuando entró un guardia y dijo:

- Mi señora, hay un grupo de 3 guardias que se están revelando de usted diciendo que usted ha perdido todo el honor y se ha corrupto.
- Tiene que ser esa maldita Hera otra vez, bueno, mándeme a llamar a Shiryu de Libra ahora mismo.

Se va el guardia y llega Shiryu unos minutos después.

- ¿En que le puedo ayudar ahora, Saori?
- Hay unos 3 guardias revelándose en mi contra, quiero que los atrape y que haga una ejecución pública de ellos, preferiblemente con las armas de su armadura.
- Como ordene mi señora.
- Si, el que atreva a revelarse contra mí morirá, no hay nada que hacer. Yo trato a la gente bien, ¿y ellos como me agradecen?, diciendo que yo me he corrompido y me he vuelto maligna. Pues verán ellos y ellas que se atrevan a hablar en mi contra. ¿Tal vez debería ajustar un poco las reglas para que la gente aprenda a apreciar lo que tiene? Sí, eso haré, haré que la gente tenga que pagarme otro tributo más, el tributo para mi amistad, el que no lo paga, muere, porque no es mi amigo o amiga…



Shiryu estaba corriendo hacia la casa de los revolucionarios. Ellos eran unas simples moscas que se deberían ser matadas con la palma de la mano, antes de que se hagan demasiadas moscas molestosas.

Shiryu llegó a la casa donde se escondían, y decidió derribar toda la casa con su técnica favorita.

- ¡Los 100 Dragones del Rozan!

Toda la casa se derrumbó, y Shiryu buscó entre los escombros y encontró a las sabandijas muertas. Bueno, no importaría, tendría que agarrar a otra persona y decir que era uno de ellos, que no contaron.

Estaba Shiryu en la plaza con una mujer que decía estar embarazada. ¡Que cuento! Era una revolucionaria que estaba mintiendo, eso era lo único que era. Él pregunto:

- ¿Que arma le uso a esta traidora?
- ¡¡¡La lanza!!! - gritaron unos que se habían reunido en la plaza para ver que pasaba.
- Solo estoy aquí para servir a mi pueblo… - dijo Shiryu

Shiryu agarró la lanza y se la clavó por la boca, saliéndole por la parte de atrás de l cabeza de la mujer.

- Esta mujer dijo estar embarazada, ¿que arma le uso al niño en el vientre?
- ¡¡¡La espada!!! – gritaron esas mismas personas.
- Con gusto…

Shiryu agarró a espada y se la clavó al cuerpo, tomando cuidado de darle justo en el vientre a la mujer. Shiryu volvió a ver, y vio a una persona llorando.

- ¿Que les pasa? – les preguntó Shiryu.
- Esa era mi esposa, y adentro tenía a nuestro primer bebé, el único de toda mi familia. Ahora mi familia se murió con la muerte de ese bebé.
- Ella era una revolucionaria, y el bebé de adentro sufriría mucho s yo no lo mataba, ¿que cree?, ¿que soy un sádico sin sentimientos? Hice lo justo, lo que nuestra Diosa Atena quería. Esté feliz, ahora hay una revolucionaria menos. Todos podemos dormir mucho más tranquilos en la casa hoy….


Hera veía todo esto desde su palacio, y lloraba, por esa pobre familia, y esa pobre mujer que simplemente fue sacada para hacer una demostración, y no tenía nada que ver.

Hera decidió actuar ahora, ya no podía esperar a que sus heridas en el estómago hechas por Poseidón se les sanaran más, ¡ya tenía que parar esta tiranía! Hera ya no tenía chance para planear, solo quiso ir al pasado y matar a la bebé Atena.

En el pasado, apareció ella, ya sin pensamientos, solo determinación. Determinación para corregir un gran mal, uno que NADIE se merece. Estaba ahí la infante Atena, y Hera no se esperó más, solo agarró un cuchillo y estaba lista para clavárselo, cuando aparecieron los Caballeros Dorados. Hera sabía que el escudo que le había puesto Atena a ella misma había alertado a el Caballero Dorado de Piscis. Él apareció, y a ella no le importó, solo sabía que tenía que matar a Atena. Ella levantó el cuchillo y ya estaba empezando a bajarlo, cuando oyó:

- ¡Rosas Diabólicas Reales!

Y sintió algo que le rasguñaba, volvió a ver, y vio que era una rosa roja. ¡Magnifico! Afrodita le había tirado una rosa la cual la había drogado. Ella no podía ver bien y estaba perdiendo sus 5 sentidos, cuando oyó:

- ¡Rosas Pirañas!

En ese momento, su cuchillo se deshizo, y ya cuando estaba a punto de desmayarse, oyó a Afrodita diciéndose a sí mismo:

- ¿Puede que no sea muy tarde para violarla?, la vez pasada Seiya no me dio el chance…

Hera supo que en ese momento tenía que huir, así que salió corriendo hacia el Hoyo de Espacio que seguía abierto, y a la cuarta vez de tratar, pudo entrar, pero no antes de que oyera:

¡ Rosa sangrienta!

Y vio como una rosa blanca se le clavaba en su pecho.

- Bueno, no importaba, se había escapado de ahí, y ahora era solo cuestión de que pueda atacar una última vez antes de que la mate la rosa, pero, primero debería un rato, la rosa roja me ha dejado mareada y con sueño. – pensó ella

Hera se despertó, y vio como ya más de la mitad de la rosa estaba roja, solo le faltaban unas cuantas horas, así que decidió actuar pronto. Ella pensó en cual lugar no la podrían seguir los Caballeros Dorados y vio que sí había un lugar, iría ahora, pero primero pasaría por una pequeña ayuda…

Él le ayudaría a matar a Atena, pero necesitaba la sangre de un Dios primero, y Hera se la dio.

Estaba en el Reino de los Dioses en el Reino de Hades, y ahí estaba Seiya con la espada en el pecho, y los otros Caballeros con sus armaduras divinas cuidándolo mientras Atena usaba su cosmo para sacarlos de ahí. Ella fue a distraer a los Caballeros Divinos.

- Miren, hay alguien ahí. – dijo Shun.
- Sí, pidámosle ayuda. – respondió Shiryu.
- ¡Oiga! Necesitamos ayuda, nuestro amigo esta grave y necesitamos una manera de salir de aquí. – le dijo Hyoga a Hera.
- No los puedo ayudar. – les dijo Hera.

Hera hizo una señal y una flecha salió volando y le pegó a Atena en el pecho, de las sombras salió Ayoros Caballero Dorado de Sagitario.


Shun no lo podía creer, Ayoros el legendario Caballero había aparecido con la recién- destruida armadura de Sagitario y le había clavado una flecha a Atena… Él se enfureció, y prendió todo su cosmo al igual que todos sus amigos y le dieron con sus golpes más fuertes de todos a Ayoros. Ayoros ya había muerto para cuando calló, y Shun enfurecido veía a Hera con completo odio. Hera les dijo:

- No se precipiten, yo ya pronto moriré por esta roza blanca, pero Atena debe morir, vean lo que pasó cuando ella estaba viva después de Hades.

Shun vio que era una de las rosas de Afrodita, y aunque esta Diosa sea del futuro, quería saber como resucitó ese enemigo, pero no importaría, porque toda la línea del tiempo cambiaría, pero Hera dijo que les enseñaría que pasaría si Saori vive, así que pronto lo sabría.


Todos veían asustados en lo que se convertirían si Atena sobrevivía y Hera vio que por fin había ganado. Por primera vez sonrió y mandó a los Caballeros Divinos fuera del Reino de Hades, y cuando fue al futuro, vio que el mundo completo estaba en guerra tratando de tomar poder, y se dio cuenta de que había hecho las cosas peores, pero no le importó, porque en ese momento cayó muerta con la Rosa Sangrienta ya toda roja, y su cuerpo se convertiría en polvo hasta que vuelva a reencarnarse en otro cuerpo.

FIN

Nota de autor:

Por favor escríbanme a ggolcher@hotmail.com y díganme que les pareció el cuentito.

Gracias por tomarse el tiempo y leer este cuento, nunca prometí que les fuera a gustar, solo quise poner en papel unas ideas que tenía para un relato de Caballeros Del Zodiaco que fuera original y eso espero que haya sido de su agrado.

Quise remarcar lo corruptos que se habían hecho nuestros amigos de Bronce, y sí me salió un poco irreal como eran, ¿pero que cosa en la serie es realista? ;)

Gabriel Golcher Llobet de San José, Costa Rica

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