Artículo realizado por
Fernando Rodríguez "Kapit".




The Secret of Monkey Island

"The Secret of
Monkey Island"

uando uno menciona un juego llamado Monkey Island, está mencionando un trocito de la mejor historia del software de entretenimiento. Gracias al Monkey island, LucasArts se consagró como una de las mejores casas del soft del planeta y, gracias al Monkey Island, la aventura gráfica se convirtió en el género número 1, puesto que ocuparía durante el tiempo suficiente como para poder saborear y disfrutar de auténticas joyas del software de entretenimiento.

Antes del Monkey Island, todos tuvimos ocasión de disfrutar de otros juegos de la, por aquellas fechas, LucasFilm Games, esto es, juegos como Indiana Jones y la Última Cruzada o, incluso más antiguos como el Maniac Mansion o el Loom. Estos juegos, tenían ya una calidad más que notable y suponían los primeros estándares de lo que era la evolución de la aventura (sin contar los productos Sierra, por supuesto) o, al menos, de lo que en Europa entendíamos por aventura (y ahora mismo pienso, cómo no, en las aventuras conversacionales).

Es innegable que todas estas aventuras tenían estupendas características pero, qué queréis que os diga, les faltaba ese pequeño "detalle" para encumbrar el género hasta la cima, para "educar" definitivamente al jugador Europeo. Sin embargo, un día nos llegó un juego que ponía en la portada que había sido diseñado por un tal Ron Gilbert y, que después de cargarlo y jugarlo durante 15 minutos, supuso como volver a nacer, cómo descubrir por primera vez los juegos de ordenador, en definitiva, supuso el descubrimiento y a lo grande de un género que prometía ser el más jugado durante muchos años.

Redescubriendo el género de la aventura

Recuerdo que la primera vez que vi anunciado el juego en una revista nacional, me llamó la atención. Debo de reconocer que por, aquellas fechas era muy proclive a hacer caso a las puntuaciones, a los comentarios de las revistas y, como me estaba aún descubriendo el mundo del PC, pues no me quedaba más remedio.

La pantalla de inicio

Antes del Monkey, ya había oido hablar del Indiana Jones y la Última Cruzada (incluso recuerdo cómo un antiguo y buen amigo mío dijo una vez que vio dicho programa comentado en una revista "vaya, yo sólo me compraría un ordenador para jugar con ese juego"), sin embargo, pese a que estuve "tentado" aún me resistía a salir de los juegos con los que había crecido en Spectrum, casi que me negaba a descubrir nuevas formas de divertirme. Además, dichos programas se alejaban de todo lo que yo sabía sobre juegos de aventuras, ¿qué era eso de utilizar un ratón para dirigir al personaje?, ¿y eso de que tuvieras que utilizar verbos para realizar tus acciones? ¿y eso de...?. Ya veis, un completo miedoso.... Sin embargo, no se que ocurrió que, un buen sábado por la mañana me dio "la venada" y, junto al escaso dinero que yo y mi hermano teníamos nos decidimos acudir a la tienda a la que habitualmente solíamos acudir para hacernos con ese juego de caja verde y que "emanaba" una atracción tan irresistible....¿a ver cómo se juega a un programa controlado por el ratón?, pensamos...

Esos primeros 15 minutos del Monkey....

Los primeros 15 minutos a los que jugué al "Monkey" yo los podría casi, equiparar a los primeros 15 minutos en los que disfrute con mi primer juego en Spectrum. Primero conociendo a el personaje y después volviendo a saborear un género, la aventura, que yo tan sólo conocía por medio de las memorables de Aventuras AD. Y es que, quizás "hice mal" descubriendo este género con el Monkey Island ya que, después todo lo comparaba con esta joya del soft y claro, los juegos de aventura a los que posteriormente jugué, salvo casi todos los de Lucas (y alguno de Sierra), me parecían "irrisorios" comparados con mi querido Monkey.

Cómo os decía un poco más arriba, los primeros 15 minutos me bastaron para "penetrar" en esta nueva forma de jugar y es que, la personalidad de nuestro querido Guybrush Threepwood, era tan sumamente grande que, no es que te identificaras con él sino que te sentías como su compañero de fatigas a lo largo de lo que duraba la aventura. Aquí es donde yo querría recalcar el fuerte de este juego pues, el Monkey Island no era un juego en el que tú te encarnaras en un personaje, o al menos, no era lo que yo creo que Ron Gilbert (su principal diseñador y programador) quiso transmitir al jugador sino que, por el contrario, uno se sentía más como el "colega" con el que, nuestro protagonista, Guybrush debía de llevar a cabo su irrepetible aventura. Tan sólo hay que recordad los inolvidables gestos "a la cámara", los comentarios irónicos, en definitiva, la complicidad que existía entre el jugador y el personaje: algo único.

¿Os acordáis de la
primera vez en el bar...?

A mi, jamás se me olvidará la atmósfera con la que este juego se "alimentaba". ¿Quién no se acuerda de la "paranoica" primera secuencia que hay en el SCUMM BAR?, cuando tienes que hablar con los tres jefes piratas y te empiezas a meter en el juego (eso sin contar con las divertidísimas y disparatadas conversaciones que podía mantener con el resto de personajes que se encontraban el bar... ¿os acordáis del perro? ;) ). No se, quizás es algo especial haber comenzado a descubrir las aventuras gráficas con este juego pero, chicos, creo que las casi 8000 pts que mi hermano y yo pagamos por la versión EGA (sí, 16 magníficos colores) son una de las mejores inversiones que hemos realizado.

Una historia incopiable

Bueno, y después de toda estos "recuerdos" ¿de qué iba el juego?. Pues, bien, en el juego debías de "conducir" las peripecias de Guybrush Threepwood, un joven aprendiz de pirata. Para ello, comenzabas teniendo que realizar tres inolvidables pruebas que eran robar en la casa de la gobernadora, de Melé Island (lugar en dónde comienzas tú aventura). vencer a la "terrible" (sí, sí, era una mujer) Sword Master, (a base de una de las situaciones más memorables de la historia del videojuego: "batalla de insultos") y, cómo no, encontrar un tesoro. Todo ello adornado con magníficos diálogos, situaciones cómicas y disparatadas, inolvidables personajes y, montones de situaciones que pertenecen, (como decía nuestro buen amigo Raúl Álvarez en un artículo realizado a propósito de este juego en el fanzine Spanish Quest), ya a la historia de los videojuegos.

No hace falta decir que esto sólo era el comienzo de tu misión pues, justo cuando te... enamoras de la gobernadora (por cierto, ¿os acordáis de la escena en la que te enamoras...?, ¡sencillamente irrepetible!), uno de los malos más "famosos" y curiosos del mundo del videojuego, el pirata fantasma "Le Chuck", hace acto de presencia y secuestra a tu "amor platónico" .

Como no podía ser de otro modo, deberás de ir a buscarla y para ello tenias que hacerte, con un barco y eso significaba ir a "negociar" con otro de los grandes personajes de la historia de los videojuegos: Stan, el inolvidable e incorregible vendedor de la saga Monkey capaz de hacerte soltar las más grandes carcajadas, reclutar, después a una tripulación (y ya podéis imaginaros...) y, cómo no, encontrar la forma de llegar a la misteriosa isla de los monos, a Monkey Island, "residencia" de LeChuck.

El resto del juego, no es que no pueda contarlo es que no quiero hacerlo (bastantes cosas he dicho ya para la gente que aún vive sin haber jugado a este juego). Son tantas y tantas las situaciones que hay en el corazón de la, muy probablemente, mejor aventura jamás creada que a uno le da rabia no poder llenar Macedonia de comentarios de este juego. Pero, espero que me comprendáis, debo de ir acabando si no queréis tener una gran cuenta de telefónica el próximo mes ;-) (y lo digo en serio, pues mucha gente que lee Macedonia se queja de eso, de que nuestros artículos son muy largos... )

En definitiva, algo único

El Monkey Island, supuso la consagración de una casa, Lucas Film Games y de un género, la aventura gráfica, dispuesto a ser explotado por las grandes productoras de software. Después del Monkey vendría el Monkey Island 2, "LeChuk Revenge", un juego que también era una auténtica maravilla y una joya, al igual que el anterior, del género. En este punto hay montones y montones de opiniones divididas en cuanto a qué fue mejor si la primera y original aventura de nuestro querido Guybrush o la segunda parte, una de las mejores segundas partes que jamás se han creado en esta industria del software.

Polémicas a parte, el padre de la saga, Ron Gilbert, dejó la casa con la segunda parte y, aunque hace relativamente poco tiempo que salió la tercera, (después de una largísima e intensiva oleada de peticiones por parte de los fans incondicionales de la saga), jamás, o al menos eso creo yo, volverá a ser lo mismo sin Ron....

El Monkey Island es uno de los mejores juegos de todos los tiempos. Cualquier jugador de este planeta con un mínimo sentido común debería de tenerlo o, al menos, haberlo jugado. En caso contrario y a mi entender, está cometiendo una auténtica calamidad... Si yo tuviera que quedarme con la mejor aventura gráfica de todos los tiempos, muy probablemente pondría al Monkey Island en la cima. Muy pocos juegos, desde luego, pueden hacer "sombra" a esta obra de arte de Ron Gilbert.

Si quieres saber aún más de todo lo que rodeo al Monkey Island y a su diseñador, sólo tienes que echar un vistazo al enorme artículo - homenaje que se hizo en el número 2 de Macedonia a Ron Gilbert, su creador.

¡Detrás de ti, un mono de tres cabezas! :o)


¡De vuelta a la Zona de Juegos!