Arcade Total

Zona de Juegos



Pistas y Soluciones


Artículo realizado por
Miguel Angel Fernández "Raistlin"






Solución de Tomb Raider II.
Capítulo 6. Área de Buceo.


En lugar de lanzarme al agua
salté hasta la escalera
que tenía enfrente

Subí unas escaleras y llegué a un tanque de agua. Ya iba a lanzarme al vació cuando advertí las palas de una enorme hélice. El poder de succión de la hélice me hubiera atraído hacia una muerte segura así que, en lugar de lanzarme al agua, cogí carrera y salté hasta la escalera que tenía enfrente. Subí y descubrí un interruptor que detuvo la hélice. Ya dentro del tanque, encontré una palanca que abrió la puerta del otro lado del mismo y tras la hélice encontré también algo de munición. Atravesé la puerta y un par de tipos —con su perro— me estaban esperando al otro lado. Les di su jarabe de plomo y seguí a lo mío. Buceando no había salida así que parecía que tendría que saltar por entre esos ganchos móviles. Midiendo bien el salto conseguí evitarlos pero no fue nada fácil, por no mencionar los otros dos colegas que me esperaban al otro lado. Ahora callan para siempre.

Seguí mi camino hasta una pendiente por la que me deslicé evitando caer en un líquido verdoso que no tenía pinta de ser muy saludable de haberme dado un baño en él. A mitad de descenso, en un pequeño foso encontré una estatuilla dragón de piedra. ¡Un sitio un tanto raro para esconderla! Seguí hacia la izquierda y subí por una larguísima escalera hasta llegar a un hueco en el suelo por el que no se veía nada excepto una rampa. Pensé que suele irme mejor cuando desciendo las rampas de espaldas así que lo hice de esta manera. Si no hubiera sido así ahora estaría bien muerta ya que no habría podido agarrarme al final de la misma. Me descolgué hasta la pasarela inferior y cuando me izaba me recibió un tío bruto a balazos. Le contesté con sus mismos argumentos. Esta pasarela daba a una puerta de nivel azul que estaba cerrada, pero desde el otro extremo pude divisar una tarjeta de este color en un orificio en la pared. Salté hasta allí y tome la tarjeta volviendo a subir hasta la dichosa puerta por el único sitio posible.


Tarjeta de nivel azul en un
orificio en la pared

Abrí la puerta y entré con decisión. Otra segunda puerta se cerró tras de mí así que sospechando una trampa desenfundé a tiempo para liquidar a cuatro hermosos chuchos. Su amo apareció instantes después dispuesto a chamuscarme así que le despaché antes de que tuviera oportunidad de hacerlo. Abrí una de las puertas de manivela y ascendí por unas escaleras hasta una puerta que no pude franquear. A través de los barrotes pude ver un helicóptero con los motores en marcha. Volví al lugar anterior y abrí la otra puerta. Aquí las escaleras eran en descenso y abajo me esperaba un señor muy simpático, pero sus chistes no me hicieron gracia y así se lo hice saber. Me zambullí y, cuando comenzaba la exploración de un conducto bajo el agua, un hombre rana me cortó el paso. Tras acabar con él seguí la exploración y tras un rato de jaleo con puertas y palancas —siempre con los pulmones al límite— conseguí abrir la puerta donde estaba el helicóptero y volver sana y salva a la piscina.

Me dirigí hacia el helicóptero, que estaba muy bien guardado, pero huyó al llegar yo. Pasé el hangar de largo y llegué a una pequeña habitación con dos pulsadores que apagaban sendos quemadores en un pasillo. Hice dos excursiones por dicho pasillo, obteniendo un M-16 —ahora verían esos mamones— y un chip que no sabía como utilizar pero tomé igualmente. Volví a la sala con la piscina y, al no encontrar más salida, moví una caja situada al lado de una puerta cerrada esperando encontrar un interruptor mas lo que encontré fue un circuito al que le faltaba una pieza. La pieza resultó ser el chip que yo acababa de encontrar. Dentro me esperaba otro tío con un lanzallamas y un amigo suyo, a los que no di cuartel hasta liquidarlos. En el agua había dos hombres rana que también querían algo de mí. Una vez despejado el camino recorrí buceando el pasadizo hasta otra sala con piscina donde hubo más muertos cortesía de la casa. No era posible acceder al resto de la sala y a los dos pasillos que podía ver desde mi situación pero pulsé un botón allí que abrió una puerta en otra sala.

Volví hasta esa sala, donde tuve que lidiar con los nuevos tipejos que habían quedado sueltos y, ya en su garita, pulsé un botón que activó una grúa. Así conseguí pasar al otro lado de la piscina y pulsar un botón escondido tras unas cajas. De una sierra que había allí protegiendo una tarjeta de nivel rojo, por el momento, ni hablar hasta que averiguase como pararla. Volví hasta el hangar de donde despegó el helicóptero anteriormente, liquidando a cuantos encontré a mi paso. ¡Parecía como si saliesen de debajo de las piedras! El suelo del hangar había descendido o desaparecido así que bajé y di cuenta de otros dos. Uno de ellos tenía en su poder otro chip que use en un panel cercano a la sierra para detenerla y así coger la tarjeta de nivel rojo. Con ella en mi poder volví a la zona inferior del hangar, donde estaba situada la puerta correspondiente a esa tarjeta. Seguí adelante y un tipo bastante duro de roer me las hizo pasar canutas.

Seguí hasta aquella habitación con agua en la que ya había estado: los dos cadáveres lo confirmaban. Continué por el siguiente pasillo —un poco laberíntico y con zonas de agua— hasta que empecé a escuchar voces y luego unos golpes. Aceleré el paso y eliminé a otros dos que venían hacia mí. Recogí un dragón dorado en una celda adyacente y me acerqué al monje herido. Me estaba contando una historia ciertamente interesante acerca de un artefacto llamado "seraf" o algo así, cuando un hombre de negro le disparó acabando con él e intentó después hacer lo mismo conmigo. Cuando me enfrenté a él salió huyendo en un pequeño submarino amarillo —como el de los Beatles—. Yo me puse el traje de buceo y me lance en pos del submarino. Enganchada a él nos fuimos sumergiendo en el océano hasta una gran profundidad, pero cuando estábamos llegando, al idiota del piloto le asustó un tiburón y se estrelló contra una roca, dejándome a mi suerte y con los pulmones a punto de reventar…


Me acerqué al monje herido,
que me contó una interesante
historia

¿Algún otro capítulo de la primera parte?

  1. La Gran Muralla
  2. Venecia
  3. El Escondite de Bartoli
  4. La Casa de la Ópera
  5. El Complejo Mar Adentro
  6. Área de Buceo
  7. 40 Brazas
  8. Naufragio del María Doria





ZONA DE JUEGOS
a
MACEDONIA Magazine