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Análisis


Artículo realizado por
Miguel Angel Fernández "Raistlin"







Título: F1 Racing Simulation.

Compañía: Ubi Soft.
Distribuidora: Ubi Soft.
Género: Simulador de coches.
Idioma: Castellano.
Plataforma: Windows 95.
Nota: 80%.

El mundo de los simuladores automovilísticos, sobre todo en lo que a las competiciones de monoplazas se refiere, está copado principalmente por dos grandes especialistas en este campo: Microprose y Papyrus. Todos los aficionados a este tipo de juegos recordarán, o incluso seguirán jugando, la maravilla que fue, en su tiempo, el F1 Grand Prix creado por Geoff Crammond para Microprose o el posterior IndyCar Racing de Papyrus. Ambos juegos tuvieron una segunda parte que los superaba ampliamente en cuanto a calidad gráfica, realismo, etc. El más esperado por los jugadores de todo el mundo fue, sin duda, el F1 Grand Prix 2 que marcó una barrera de calidad y realismo difícil de superar por la competencia.

Con estos antecedentes, cualquier simulador de hoy en día tiene que cuidar hasta el más mínimo detalle si quiere superar estos mitos. En Ubi Soft lo sabían y se han esforzado al máximo para tratar de conseguir un juego sobresaliente en todas sus facetas. La pregunta es: ¿lo han conseguido? La respuesta es —y esta es una opinión muy personal— sí pero con algunos matices. Lo cierto es que este juego destila calidad por donde quiera que se le mire. Nada más ejecutarlo podemos apreciar la calidad y el gusto con que ha sido realizado, sin embargo, hay algunos pequeños detalles que se podrían haber mejorado y que, sin llegar a empañar el conjunto, si impiden que el juego sea uno de esos clásicos que uno nunca olvida.

Pasando ya a describir el juego en sí, hay que destacar en primer lugar y por encima de todo que estamos ante un verdadero simulador, con todas las ventajas e inconvenientes que eso conlleva. Las ventajas son, principalmente, que el realismo y la sensación de conducción priman por encima de todo lo demás. El inconveniente principal es que un juego de estas características es muy difícil de dominar y, como veremos más adelante, en este caso esto es incluso más cierto que en otros. No es por nada que llegar a ser piloto de fórmula 1 no está al alcance de cualquiera y aún los pilotos con experiencia suelen cometer errores que, en las condiciones extremas a que se ven sometidos en estos monoplazas, suelen resultar fatales para el resultado de la carrera.

Un pequeño despiste y veremos la carrera
como espectadores
Como en todo buen simulador, nosotros tenemos que desempeñar no sólo el papel de pilotos sino también el de ingenieros. La cantidad de parámetros que son susceptibles de modificación en uno de estos vehículos es tan grande y están ligados de forma tan íntima unos a otros que la tarea de ponerlo a punto para un circuito en particular y unas condiciones de carrera determinadas es, por sí misma, suficientemente compleja para desquiciar a cualquiera. Este juego reproduce esto de manera magistral, ofreciéndonos una de las opciones de garaje de las más completas vistas hasta la fecha. Por poner algunos ejemplos (aparte de los más comunes como la elección de neumáticos, la estrategia de carrera, las relaciones de cambio, la fuerza aerodinámica de los alerones o el reparto de frenada) es posible configurar el recorrido de los amortiguadores, los topes de goma de los mismos, los muelles de la suspensión, el ángulo de caída de las ruedas, la altura de la carrocería, el tope de revoluciones del motor (que incide en su fiabilidad) y algunas otras cosas más. Por suerte el manual de usuario cuenta con una pequeña guía de puesta a punto del coche que nos ayudará en esta difícil tarea, aunque está bastante mal traducida al español, todo hay que decirlo.

Las opciones de conducción son también muy completas permitiendo, además de las típicas de carrera individual, campeonato y entrenamiento, otras menos habituales como el aprendizaje con un coche maestro (que va delante de nosotros, enseñándonos las trazadas, velocidad de paso por curva, etc.), el campeonato personalizado (que permite elegir las carreras a disputar) o el entrenamiento contra el reloj con coche fantasma (que marca el mejor tiempo hasta el momento). También contempla, como no podía ser menos, el juego por red con opciones de pantalla partida, módem nulo y red IPX. Aquí es donde encontramos la primera omisión importante de este juego y es que no ofrece la alternativa, hoy casi un estándar, de juego por Internet mediante protocolo TCP/IP.

Una vez que nos subimos en el monoplaza, encontramos que el realismo es máximo en todos los aspectos. La sensación de velocidad está muy conseguida, además de todos los pequeños detalles que se nos puedan ocurrir, los cuales están perfectamente reflejados: las distintas banderas en carrera (amarilla, roja, negra), penalizaciones por saltarse la salida, el trazado o la limitación de velocidad en boxes, la radio mediante la cual nuestro equipo nos informa desde boxes de los acontecimientos de la carrera, el ruido de los motores de los otros vehículos…

Oiremos claramente el motor del
coche que nos adelanta

Además podremos tener una gran variedad de averías mecánicas, que pueden ser graves (nos veremos obligados a abandonar) como pérdida de agua o aceite, explosión del motor, etc. y leves (que nos permitirán seguir mermados en algún aspecto) como fallo de la radio, sobrecalentamiento de frenos y otros muchos. El clima también es variable y si ya es difícil conducir en seco, os aseguro que con la pista mojada la dificultad es de auténtica locura. Y aquí es donde lo que para algunos será una ventaja, para otros puede llegar a ser un inconveniente, ya que la dificultad del juego es, a mi juicio, excesiva. Incluso para los que se consideran unos expertos en el Grand Prix de Microprose, tanto de la primera parte como de la segunda (y entre los que yo me incluyo debido a las largas horas dedicadas a ambos) será difícil completar una vuelta completa sin percances (marcando un tiempo razonable) la primera vez que se uno se enfrenta al F1 Racing Simulation.

Los circuitos tampoco se parecen todo lo que sería de esperar a los reproducidos en el juego de Microprose lo que hace que un circuito sobradamente conocido nos reserve algunas sorpresas en cuanto a velocidades de paso por curva, puntos de frenada, etc. Algunas de estas diferencias se deben a modificaciones sufridas por los trazados reales, aunque no estoy seguro de que todas sean achacables a esto último. En concreto, el circuito brasileño de Interlagos presenta diferencias notorias en zonas como las Subida de Arquibancadas, previa a la línea de meta o la curva al final de la Reta Oposta, llamada Descida do Lago (bajada del lago) y que ahora es totalmente llana. Otro ejemplo, que los aficionados recordarán con tristeza, es la nueva chicane que sustituyó a la famosa curva de Tamburello en el Autódromo de Enzo & Dino Ferrari de Imola en San Marino, a raíz de la trágica muerte de Ayrton Senna.

A pesar de contar con 3 niveles de dificultad y muchas ayudas a la conducción (ABS, dispositivo antiderrapaje, etc.) sigue siendo complicado mantenerse en la pista y evitar los continuos trompos. Algo que puede tener que ver con esto es el empleo del teclado como dispositivo de control. Usando un volante y unos pedales es posible que la cosa mejore un poco. Mi opinión personal es que el simulador está pensado para disfrutarlo mediante dispositivos de control analógicos y tanto es así que prácticamente no merece la pena jugar con él si sólo disponemos del teclado. Indudablemente, se echan de menos las sensacionales ayudas que tiene el Grand Prix para los jugadores con teclado que hacen que acelerar, frenar y tomar las curvas no sea una odisea de pequeños golpecitos de tecla.

Vista de cabina con el sol de cara
dificultando la conducción

Los gráficos son, por otra parte, fantásticos. Lo mejor que se ha visto hasta ahora en un simulador de este tipo. Todo ello, claro, teniendo una tarjeta aceleradora 3D (preferiblemente una 3Dfx), ya que de otro modo el juego ni siquiera funciona. El detalle gráfico es de tal magnitud que también es posible salirse de la pista al quedarnos mirando el paisaje a nuestro alrededor. El sonido complementa a los gráficos a la perfección, con unos sonidos digitalizados de gran calidad, tanto los motores, frenazos, accidentes, como los mensajes de radio (traducidos al castellano), etc.

Aún quedan muchos otros detalles en el tintero. Existen tres vistas de cámara para el piloto, aunque la vista de cabina es la única realmente útil, ya que las exteriores no permiten ver el tablero de instrumentos. Para el realizador el número de cámaras es casi inacabable, desde vistas generales a otras más espectaculares colocadas en los monoplazas. También contamos con la posibilidad de ver y salvar las repeticiones de las carreras, aunque aquí la lentitud de los controles se acentúa hasta el punto de que el puntero del ratón va a saltos en ocasiones. En el apartado técnico, resulta muy útil la opción de telemetría, que registra todos los parámetros de comportamiento del coche en la pista, información vital para conseguir unos ajustes idóneos y los mejores tiempos. Hay que mencionar también que el juego cuenta con la licencia de la FIA para la temporada de 1996, por lo que los equipos, los patrocinadores y los pilotos son los de dicha temporada, con excepción de Jacques Villeneuve que, por razones de su contrato de imagen en exclusiva no permite que su nombre se mencione, siendo sustituido por el "Driver X". Esta licencia se deja sentir también en la presencia general del juego, por ejemplo en los rótulos en carrera (diferencias entre pilotos, posiciones al paso por línea de meta, logotipo del cronometraje oficial, etc.) así como al final de la misma (posiciones finales y tiempos de cada piloto, …), todo idéntico a como podemos verlo en una retransmisión televisada.

Los menús tienen un diseño muy cuidado

Finalmente los menús tienen un diseño muy cuidado, aunque la navegación por los mismos resulta algo lenta incluso en un equipo potente y con la instalación grande (casi 200 MB de espacio en disco). Esto unido a los otros detalles mencionados (la falta de juego por TCP/IP, la extrema dificultad y la falta de control sobre el coche con el teclado) hace que baje un poco la nota final, aunque no deja de ser un juego excelente para los amantes de este deporte.






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