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Artículo realizado por
Miguel Angel Fernández "Raistlin"
Solución de Tomb Raider II.
Capítulo 4. La Casa de la Ópera.
Fue un descenso rápido y breve al final del cual apenas pude frenar a tiempo de evitar golpearme contra una caja que oscilaba colgada de una cuerda. ¡La caída habría sido fatal! Salte a la derecha y desde allí liquidé fácilmente a un tipo que me esperaba más abajo. Salté al agua y recorrí el canal a nado. En la parte de la izquierda había una larga escalera. Subí hasta encontrar un interruptor y más arriba hasta una pequeña plataforma desde la cual pude volver, de dos impresionantes saltos, hasta la plataforma con la caja oscilante. Desde aquí crucé de nuevo el canal de un salto hacia el frente y fui a colarme por una trampilla que había abierto aquel interruptor. Allí me esperaba un tipo grandote con muy malas pulgas que desde entonces duerme el sueño eterno, como diría Raymond Chandler. También había una llave que no dudé en apropiarme, ya que donde hay una llave suele haber cerca una cerradura a su medida —por lo que me dicta la experiencia—. Salí por las escaleras tras liquidar a otro más que me salió al paso y volví por la ruta ya conocida al lugar del inicio.

Me descolgué hasta la ventana y entré por ella |
En ese momento me llamó la atención un edificio acristalado a mi derecha, así que tras dos saltos acabé en una pequeña plataforma a la derecha del mismo. Desde allí me descolgué mediante una arriesgada maniobra hasta la ventana y entré por ella, como ya venía siendo costumbre en mí. Teniendo cuidado al caminar por los cristales me dispuse a escalar de nuevo. Finalmente llegué hasta una puerta que abrí con la llave recién adquirida. Para poder continuar tuve que cruzar saltando a gran altura por varias plataformas en bastante mal estado, que se fueron destrozando a medida que las pisaba. ¡Suerte tuve de llegar con vida al otro lado! Seguí hacia la derecha por un pasillo hasta la cúpula de la Casa de la Opera, guardada por varios hombres y algunos perros, a los que liquidé no sin algunos problemas, debido a su elevado número. Posteriormente salté hasta el extremo opuesto de la cúpula, al lugar donde otra caja oscilaba colgada de una cuerda y allí descubrí, oculto en la penumbra, otro interruptor, que abrió la cúpula y dio paso a dos gorilas enfurecidos. Tras acabar con ellos, accedí al interior de la Casa de la Opera por la recién abierta trampilla. El estado en que se encontraba todo el edificio era francamente lamentable.
Uno de los interruptores que encontré abrió una reja lateral por la que accedí a un corredor con bastante pendiente, donde tuve que esquivar la primera de las muchas rocas rodantes que me esperaban a partir de entonces. Pulsé otro interruptor y subí por la escala hasta una abertura junto a la reja ahora cerrada. Por allí descendí a los palcos superiores donde liquidé a varios hombres más y sus mascotas mientras llegaba poco a poco hasta el piso inferior del teatro. Cruzando por el agua llegué al escenario, donde me recibieron algunos tipejos más. Al lado izquierdo del escenario pulsé un interruptor que abrió una reja en el lado derecho pero, cuando me acerqué, otros dos cachas me quisieron sacudir, aunque yo no les permití que pegaran a una dama. Subí hacia la reja recién abierta y, con cuidado nuevamente por los cristales, llegué hasta donde pude y con un gran salto a la izquierda me quedé colgada de un saliente en la pared por el que me deslicé hasta izarme hacia otro interruptor, que bajó el puente de madera que antes me impidió el paso. Volví, pues, hasta allí y fui subiendo por las plataformas de madera y esquivando un par de sacos que oscilaban a un lado y a otro hasta llegar a un nuevo interruptor el cual lanzó otro saco al suelo haciendo un agujero en mitad del escenario.

Esquivando un par de sacos que oscilaban a un lado y a otro |
Seguí avanzando y descendí con cautela por la rampa para acabar cayendo por el recién abierto orificio y me fui a hacer una excursión por la zona que éste revelaba. Necesité alguna bengala, ya que estaba bastante oscuro y descubrí un interruptor que añadí a mi colección de interruptores pulsados, una estatuilla dragón y una especie de relé que cogí por si acaso, aunque parecía un trasto viejo y sin utilidad aparente. Ascendí por la escalera y volví a la parte alta del teatro. En un pasillo que antes había pasado por alto encontré un par de perritos que no dude en despachar. El ascensor no funcionaba así que probé el relé que había encontrado y ¡voilá! ¡No sabía que mis dotes como técnico de ascensores llegaran a tanto! Descendí en el ascensor y al llegar abajo tuve que matar a otros dos individuos que no tenían ganas de charla precisamente, armados con automáticas. Cuando les obligué a dejarme en paz pulsé el botón del ascensor de nuevo para hacerlo subir y me lancé al agua que descubrí en el foso del mismo. Explorando la zona encontré una placa de circuito impreso y un interruptor que me abrió una nueva salida hacia arriba. Ascendí un par de veces hasta un pasillo y aquí maté a otro hombre y su perro para después colarme en los camerinos… efectivamente, por la ventana ¿como si no?
La salida de los camerinos era muy extraña, ya que consistía en una rampa, al final de la cual había un peligroso ventilador. ¿A quién se le ocurre poner los conductos de ventilación en el suelo? El caso es que con un salto a tiempo me libré del corte mortal de las palas y tome una llave prestada de nuevo. Con una complicada combinación de escalada y salto llegué a un conducto que terminaba con más ventiladores. Tuve que medir muy bien mis saltos para evitarlos, pero finalmente llegué hasta un dragón de jade y más arriba hasta un pequeño espacio con una caja de madera. No parecía haber salida y no podía volver atrás así que moví la caja y descubrí un pulsador oculto tras ella que me devolvió a los camerinos. Tenía que volver a subir pero ¿como? Tuve que poner dos cajas una encima de la otra para conseguirlo. La segunda la encontré en un pequeño y oscuro habitáculo tras los ventanales.
Eliminé al hombre que me esperaba impaciente y seguí subiendo hasta una cerradura que abrí con la llave, volviendo al corredor inclinado del principio. Pulsé el interruptor y volví a entrar en la sala de control del teatro. Allí nuevamente hice uso de mis dotes de mecánico y, con el circuito impreso, arreglé el mecanismo de la derecha. Ahora el pulsador levantó los decorados del escenario, lo que levantó mucho revuelo ¿Pero es que no van a dejar nunca de aparecer tipos malos? Tuve que bajar a presentarles mis respetos, formándose una gran ensalada de tiros de la que yo salí vencedora. La parte posterior del escenario estaba llena de cajas amontonadas, una de las cuales pude desplazar y tras ella encontré un nuevo interruptor que me dio acceso a una plataforma sobre el escenario. Desde allí me cargué a otro tipo que apareció abajo y me colé por una abertura bien escondida hacia la parte derecha. Pulsé otro botón más y se abrió una compuerta delante de mí, pero primero tuve que eludir con un salto lateral el saco oscilante que amenazaba con golpearme.
Ante mí oscilaba otra caja de madera, así que me descolgué hasta el suelo y allí me esperaba Bartoli sin darme tiempo ni a presentarme, por lo que tuve que eliminarlo a él y sus perros. ¡Tengo que decir en su honor que era un tipo bastante duro de roer! Otro de sus esbirros también dijo su última palabra. Desde el fondo de la sala escalé encima de las cajas y, con unos cuantos saltos bien medidos, volví hasta la zona por la que había entrado, donde… sí, lo habéis adivinado ¡encontré otro interruptor! Que abría un pasaje hacia un avión que esperaba con los motores en marcha. Aunque para llegar a él tuve que pasarle por encima a otro de los secuaces de Bartoli. Monté en el avión y pude escuchar parte de la conversación entre el piloto y otro tío vestido de negro, pero de repente alguien debió golpearme porque sentí un dolor muy fuerte en la parte posterior de la cabeza y no recuerdo nada más…

Sentí un dolor en la parte posterior de la cabeza y no recuerdo nada más |
¿Algún otro capítulo de la primera parte?
- La Gran Muralla
- Venecia
- El Escondite de Bartoli
- La Casa de la Ópera
- El Complejo Mar Adentro
- Área de Buceo
- 40 Brazas
- Naufragio del María Doria