Las Tipografías (I)
Esas protagonistas involuntarias e inevitables de nuestros trabajos, desde un simple informe, hasta un cartel destinado a ser visto por miles de personas... Esas ingratas que en pantalla se veían bien y al imprimir... Esas irresponsables que cuando son llamadas por la impresora, sencillamente desaparecen dejando paso a otra colega espantosa, como la Courier o la Avant Garde... Ellas son, ¡Sí! las tipografías, aquellas donde más tiempo tenemos la vista depositada mientras recorremos una pieza gráfica, y a quienes no se les da la atención que merecen, por lo cual se vengan.
Esta es la primera de una serie de notas destinadas a profundizar en este terreno, en la que abordaremos aspectos técnicos, estilísticos, históricos, bah! hasta donde se pueda sin que nadie se duerma.
Vayamos a lo más urgente: Las tipografías en la computadora.
Windows se presentó hace ya unos años en el mercado con una auténtica novedad, que no era tal en el entorno Macintosh, pero que distaba kilómetros del enigmático D.O.S., con su pantalla negra. Esta novedad es que era WYSIWYG -¿y eso qu’es?- Pues significa "What you see is what you get" o, en cristiano, "Lo que usted ve es lo que obtiene". Esto que parece obvio ahora, no era completamente cierto en el caso de las tipografías, algo que nosotros acomodábamos en pantalla, luego en impresora salía un poquito más ancho o más angosto, lo que en un artículo largo significaba que sobraban o faltaban dos o tres renglones. Cada programa de edición tenía su propia denominación de tipografías, y no todas eran completamente compatibles con Windows, lo que es decir que no funcionaban fuera de ese programa. La verdadera estandarización vino recientemente con Windows 3.1, luego 3.11, y finalmente con ’95.
La denominación True Type –algo así como Tipo Verdadero-, ya conocida en Mac pero recién difundida como standard por W’95, dio la posibilidad real de que una vez instalada una tipografía, cualquiera fuera el programa del que viniese, estuviera inmediatamente disponible para todos los otros. Lo mismo ocurrió con las impresoras, ya no era más necesario que las fuentes residieran en la impresora, sino que Windows se encargaba de "descargarlas" en la misma al momento de imprimir. Sin embargo, las filmadoras de calidad, con las que se realizan las películas que van a la imprenta, necesitaban de mayor calidad en la definición de los perfiles de una determinada letra. Más calidad significa más puntos de control para un contorno más preciso, y por tanto, más tiempo al enviar a filmar.
Las líderes en este mercado eran –y siguen siendo- las tipografías Tipo 1, patentadas por Adobe, las cuales, adivinen... no son WYSIWYG para Windows, es decir no se ven exactamente como se imprimirán, con lo que... adiós trabajo de calidad. ¿Entonces? Entonces Adobe, teniendo piedad de nosotros produce un Manager –Manejador- de tipografías, con el cual se convierten a la religión del WYSIWYG para todos los dispositivos no-Postscript (que son quienes tienen problemas con ellas). Este programa se llama... Adobe Type Manager, y de él y de los dispositivos Postscript nos ocuparemos en la próxima nota. Mientras tanto... utilicen por ahora True Type’s y por favor, no instales fuentes –tipografías- de esas que vienen de a millares en un solo Compact: los invito a respetar el trabajo de los grandes diseñadores de tipografías, entre otros Garamond, Jenson, Caslon, Baskerville, Bodoni, Gill -¿han visto alguna vez estos nombres?- que dedicaron mucho tiempo a crear signos que aún usamos después de varios siglos.
Sobre un futuro artículo que puede interesar...
Por un raro accidente de la naturaleza, o mejor dicho de naturaleza desconocida, este cronista de Aula Macedonia fue invitado recientemente a la presentación que en Argentina realizó Adobe de sus nuevos productos, en especial Adobe Photoshop 5. Lamentablemente, tal invitación coincide prácticamente con el cierre de esta edición por lo que el compromiso es, para la próxima, no sólo comentar dicho evento sino que también testear el producto. ¿Será posible?. Bueno, tiene que ver con cuestiones de producción, entre ellas el costo del programa, así que... haremos lo posible. Mientras tanto, si alguno de los asistentes ha tenido oportunidad de probarlo, agradeceremos sus impresiones, y de hecho las publicaremos.