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Artículo realizado por
Alejandro Ibáñez.
A estas alturas nadie duda que el fontanero Mario es el personaje de
videojuegos que más aventuras ha vivido dentro de una consola. Nació
a principios de la década de los 80 tanto en la Nintendo NES como
en la máquina recreativa. Poco a poco se fue desarrollando y madurando,
creando un estilo de juego que perfectamente se podría llamar 'plataformas
puro'.
Pero fue la tercera parte (cuarta si empezamos a contar por el 'Mario Bros') la que deslumbró a jugones y a crítica de todo el mundo. La campaña comercial fue digna de mención. Un grandísimo despliegue publicitario por todos los lados delataba la ambición y la confianza que Nintendo había puesto en este gran trabajo.
El estilo de juego seguía siendo el de plataformas puro y duro. Tenía todos los alicientes de las anteriores partes y muchos más. Las acciones, gráficos, fases, sonidos, melodías, enemigos, movimientos, TODO se multiplicaba por mil. Parecía imposible que tanto cupiera en tan poco...
Todas las críticas fueron favorables. Las puntuaciones no bajaban del 95%. En las listas TOP subió rápido Mario a la primera posición y se echó una laaaaarga siesta...
Viendo el juego no había duda de que se trataba de algo grande.
Mario ya no se limitaba a cambiar de pequeño a grande y de grande
a poder disparar. Ahora podía convertirse en rana, en nube, en apache,
...etc. Los enemigos aumentaron en variedad. Los había para molestar
en el camino y los había que te lanzaban hachas a distancia. Eso
sí, las tortuguitas aparecían de nuevo, con sus ojos saltones
y sus sonrisas de inocencia aparente, faltaría más...
Pero lo que realmente era revolucionario estaba por descubrir. El juego ya no se limitaba a pasar fases y más fases. Se creó un nuevo sistema y un nuevo concepto, 'los mundos'... Se trataba de un pequeño mapa con los accesos a las diferentes fases. Había distintos caminos en los que por narices tenías que pasar por un mínimo de situaciones. Así pues, podías acabar un mundo sin haberte tenido que pasar todas las fases lo que hacía que una vez terminado el juego, pudieras volvértelo a pasar viviendo nuevas aventuras...
Sólo había dos fases necesarias, en las que era inevitable tener que jugar: los castillos. A mitad de mundo uno y al final otro, el decisivo para acabar el mismo. Todo esto, que era nuevo, daba vidilla al juego.
Y es que al final todo fueron aciertos. Aciertos como los de incluir
fases de bonus como la del típico juego de parejas, el de acertar
las piezas de un personaje parándolas en un momento dado y el de
elegir el cofre con el contenido más 'sabroso'. Si teníamos
suerte, nos esperaban apetitosos premios.
El aspecto sonoro se mejoró bastante. De nuevo teníamos
melodías pegadizas pero esta vez había más variedad
y no se hacían monótonas ni machacantes. Nadie dudaba por
aquel entonces que un rasgo característico de la saga Mario fue
el sonido y sus melodías. Sin este punto a su favor el resultado
no habría sido ni tan perfecto ni tan personal. En poco tiempo los
singulares pitidos y ritmos de la Nintendo cogieron una fama considerable.
Basta con decir que los usaron para la serie de dibujos animados, creando
la atmósfera original.
No menos importante resultó ser el aspecto gráfico. Simpleza, variedad y colorido eran los tres calificativos más adecuados. Los diseños eran muy personales lo que dotó a la saga Mario de personalidad propia. Vuelvo a resaltar ésto una vez más.
Y no nos olvidemos de un gran detalle. Si jugando a 2 players uno acababa alcanzando a otro, se establecía una competición que mandaba al perdedor a la posición de la que venía en perseguidor en el caso de que ganara el perseguidor, claro, porque en caso contrario el alcanzado se quedaba donde estaba...
Y... ¿Qué mejor competición que la reproducción del 'Mario Bros' algo mejorada?. Increíble, algo digno de mención.
Otro de los puntos fuertes de este Mario fue el que nunca se acabara
de descubrir todo. Siempre esperando una nueva sorpresa, un detalle oculto,
algo...
Y ya me he quedado sin calificativos positivos para esta obra de arte.
Sin ningún lugar a dudas, este 'Super Mario Bros 3' pasará
a la historia de los videojuegos como uno de los mejores. Por lo tanto...
¿cómo no iba a estar aquí en Macedonia?.
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