EL
GUIÓN (3): "La
regla de oro y su efecto en Orson Welles"
Por
ahora, podemos señalar como conclusión de lo repasado
hasta el momento que el guión cinematográfico
procede del texto teatral, está infravalorado, es la base
del proyecto fílmico, donde reside su importancia y se ha
de analizar como una herramienta de trabajo, origen de la obra en
cuestión.
Existe una regla de oro sobre la
importancia del guión y su papel desempeñado como
herramienta básica para la elaboración de un film
que dice que con un guión bueno una película puede
ser buena o mala pero con uno malo, la película está
irremediablemente condenada a la mediocridad.
Este principio ha sido defendido desde
Kurosawa, el genio director y guionista japonés, autor de
"Ram" o "Dersu Urzala", hasta
William Goldman, guionista de "Dos hombres y un destino"
o "Misery", auténticas obras maestras del
guión. Sin embargo, por mucha regla de oro que suponga y
prestigiosas defensas con las que cuente, no es del todo correcta.
Cierto es que un guión bueno, como
buena buena base, supondrá un buen proyecto, es decir los
demás factores de la producción deberan de ser horrorosos
para anular el buen hacer del guionista, lo que ya no es tan cierto
es que un mal guión convierta el film en un desastre. Me
explico, antes de se rasguen las vestiduras los heterodoxos del
guión, un guión malo, tras ser revisado por directores
y productores, y siempre mejorado en lo posible, una vez llevado
a imágenes, iluminado, montado y musicalizado, es posible
salvarlo de alguna manera, es decir, sería un fenómeno
inexplicable que coincidieran tantas ineptas almas creativas obsesionados
en torturar a los espectadores.
Un guión puede tener fallos, situaciones
increíbles en películas que han de ser creíbles,
personajes planos, cabos sueltos, expectativas insatisfechas, dialogos
absurdos, etc... pero poseer un montaje rítmico, una cuídada
iluminación, una exquisita fotografía, una enérgica
dirección y una pasional interpretación que conviertan
al producto en algo digno. Así pues, podremos decir que al
igual que la polémica sobre la importancia del guión
es eterna y nunca llegará a una conclusión concreta,
su responsabilidad sobre la calidad final del film es igualmente
ambigua.
"La casa de los juegos",
por ejemplo, de David Mamet, tiene un guión perfectamente
complicado ya que es del mismo director que, por otro lado es uno
de los mejores guionistas de los últimos años. Sin
embargo, su composición y puesta en escena es simplemente
correcta mientras que su iluminación, sin ser genial, es
eficaz, las interpretaciones correctas, el montaje simple y la música
insipida. Es decir, que partiendo de un genial guión, la
facturación final es simplemente correcta, bastante por lo
bajo de lo que cabría esperar de dicho guión. Esto
no niega la conocida regla de oro de un guión, pero el caso
contrario, que también se dá, si lo niega, cuestión
que analizamos inmediatamenta a través de sendos ejemplos.
Hasta ahora hemos afirmado que con un guión
malo la película será irremediablemente mala, pues
bien, la mejor película de todos los tiempos según
profesionales, técnicos, críticos, cinéfilos
e historiadores es "Ciudadano Kane" del genio Orson
Welles, la cual descansa en un guión que, sino malo, si incorrecto,
debido a la gran muestra de errores narrativos. Para comenzar el
análisis de esta obra maestra con desafortunado guión
nada mejor que la anécdota narrada por el propio Charton
Heston en sus "Memorias" cuando recuerda su relación
con Welles tras su colaboración en "Sed de Mal".
Heston relata de la siguiente manera el reconocimiento, de parte
de su autor, del mayor fallo narrativo del film:
"En el último año
de su vida solía reunirse con sus admiradores en el Bistro,
en Beverly Hills. Un día un joven que daba muestras de nerviosismo
se le acercó, casi a punto de doblar la rodilla ante su obra,
para hablar de "Ciudadano Kane".
- Hay una cosa que siempre me ha ex... extrañado
- Dijo el joven, tartamudeando un poco y con aire de cohibido -.
En la úl... última escena, cuando Kane se estaba muriendo
y de... deja caer la bola de cristal, y... y dice "Ros... Rosebud".
No hay na-nadie más en la habitación, entonces, ¿cómo
saben que fue su última pa... palabra? Orson se quedó mirándole durante
un momento, luego apoyó una manaza en el cogote del joven
y le atrajo hacia sí.
- Nunca, nunca - dijo en voz baja - repitas a ningún
ser viviente una sola palabra de lo que me acabas de decir."
Esto, relatado por Heston de forma
jocosa y anecdótica, describe la personalidad de Welles y
a su vez la idea de error narrativo que persigo. Es decir, la base
del guión, la presentación de la trama, la búsqueda
del significado de la palabra "Rosebud", excusa
para el desarrollo de toda la narración, es errónea,
si no hay nadie para oirle mencionar la palabra en cuestión,
nadie podrá investigar su misterioso significado, cruzada
a la que se entrega el periodista que nos sirve para presentar el
personaje de Kane que, por tanto, carece de credibilidad a la hora
de recordar que nadie escuchó tal palabra.
Pero no solo residen en este detalle
los errores del guión de la votada como la mejor película
de todos los tiempos: la presentación del personaje, original
cuanto menos, se basa en un ficticio documental que facilita esta
presentación cuando, como veremos más adelante, dicha
presentación de personajes ha de realizarse inmersa en el
desarrollo de la trama. Por otro lado, ese desarrollo de la trama
se da entre una continua sucesión de flash-back que, siendo
un hallazgo en el conocimiento del personaje en sí, no deja
de complicar el entendimiento de la información que se nos
muestra. Así pues, siendo una obra maestra en cuanto a la
realización y montaje, una gran crítica al poder y
el reflejo de una época de corrupción, alcanza su
grandeza al ser realizada por un joven de 24 años surgido
del teatro y la radio. Sin embargo, el propio Welles nunca ha destacado
por su pluma, ya que tanto "Mr Arkadín"
o "La dama de Shangai" o "Sed de mal"
descansan en guiones inmersos en incongruencias y situaciones forzadas,
pero sobre ellos se levantan grandes y clásicas películas.
mos
que "La regla de oro" no es del todo cierta. La
obra, se juzgará en su resultado final, con la visión
global del film basado en un guión que malo o bueno podrá
desarrollar una película buena o mala indístintamente.
P.D:
Como último ejemplo, señalar una buena película
basada en un guión malo que incomprensiblemente estuvo nominada
al Oscar de Mejor Guión Original como "Gladiator",
que nos vuelve a demostrar la incorreción de tan famosa regla
y marco el caso por que la interpretación es sobervia, la
dirección magistral, la fotografia lograda y la producción:
nunca se a visto Roma como si estuvieramos allí de verdad
como se ve en "Gladiator", que junto a la cantidad de
decorados, localizaciones, extras, etc... y su coordinación
central nos muestra una producción maestra, la película,
por tanto, basados en todos los demás fractores; buena, pero
el guión, que no deja de ser un factor más, por muy
importante que sea, es malo: no es creíble nada de lo que
ocurre, los diálogos son de comic sensacionalista u opera,
y las acciones cuando no absurdas, forzadas llevando, la narración,
no a cumplir las espectátivas creadas, sino a mostrar el
espectáculo más tradicional e inexplicable.