
Una
vez encuadrado el guión en su desarrollo literario y analizada
la regla de oro, podemos pasar a la estructura narrativa de los
guiones y sus respéctivas formas de escritura.
Un guionista, desde su creatividad
e inventiva debe de ser coherente con sus personajes e historia
escrita. El guión es un texto con coherencia, esta coherencia
ha de estar marcada por una macroestructura dividida en secuencias
y éstas, a su vez, en planos, de esta manera se creará
un texto base en el que descansará la película perseguida.
Estos planos se encontrarán divididos
y marcados por signos de puntuación más cercanos a
la realización y al montaje que a la escritura del guión
en sí, por lo que, aún siendo descritos y utilizados
por numerosos guionistas en sus textos, no dejan de ser elementos
del guión técnico, el cual analizaremos más
adelante, tras estudiar el guión literario y su inventiva
narrativa.
El guión literario se basará
en la imaginación del guionista y ésta a su vez, estará
enmarcada en ciertas reglas que determinarán las situaciones
y los personajes, enriqueciendo el escrito.
Para empezar, un buen guionista debe de
crear, por tanto, historias y personajes, tendrá que disponer
de una abierta imaginación y capacidad creativa, pero si
defiende la idea de que todo está inventado deberá
leer, saber ser influido por lo oído, vivido, visto
o leído, y sin caer en el plagio, saber adaptar.
Basarse en experiencias vividas es una buena
solución, también lo llevan a cabo escritores y literatos,
cualquier situación puede provocar otra diferente y la sucesión
de estas situaciones vividas por cualquier persona puede resultar
una historia interesante de contar.
Imaginaros la siguiente situación:
"Un chica entra en su portal,
es de noche, lleva todo el día fuera de casa y se para en
los buzones para ver si tiene correo. Tras ella se abre la puerta
de la calle y entra un chico. Ella le mira extrañada, no
le conoce, el la sonríe..."
¿Cómo continuará?¿Cómo
podrá continuar esta situación con estos personajes?¿Os
suena?¿La habeís vivido?
Este ejercicio imaginátivo hace
que creeís mil alternativas a un posible desarrollo de dicha
situción. Es como el juego aquel, que de niños,
casí todos hemos jugado, todos en corro contabamos una historia
que comenzaba uno y continuaba el siguiente desde el punto abandonado
por el anterior, al final la historia podía ser triste o
alegre, un disparate o algo coherente, y mientras duraba, a todos
nos había divertido imaginarla.
Bien, pues escribir un guión, o
cualquier historia, parte de las mismas características,
un hecho vivido, leído u oído puede despertar en nuestra
imaginación un vendaval de ideas que desarrollarán
una historia.
Para explicarlo mejor volveremos a la situación
descrita anteriormente:
"El chico comienza a hablar sin sentido
en un monólogo perpetuo hasta que la chica lo hecha del portal,
lo que ella no sabe es que él estará persiguiéndola
torpemente durante toda la historia para que la ayude a una finalidad
que ya nos inventaremos, en mil situaciones divertidas".
Con ello tendremos el inicio de una comedia desmadrada.
Pero ¿y si se gustan y se enamoran
en un gran flechazo desde el primer momento y a ella se le cae la
carta que saca del buzón para que cuando vayan a cogerla
los dos choquen sus cabezas y se caigan de culo riéndose
tontamente? Pues en este caso estaremos comenzando una maravillosa
comedia romántica. Sin embargo,
puede pasar todo lo contrario, él se avalanza hacia ella
y la viola, para luego relatarnos como, durante toda su vida, ella
no puede olvidar su trauma. Pues tendremos un drama de mucho cuidado.
Si la chica se ocupa, por el contrario,
en buscarle por los lugares más insospechados acompañada
de un detéctive y al final lo mata, comenzará un policíaco,
pero si en el portal, el chico la dice que es su antiguo marido
y que ella no se acuerda por un accidente que ocurrió hace
varios años será un interesante drama.
Pero se podría complicar aún
más para llegar a otros géneros más especiales,
ya que si resulta que él es su hijo que viene del futuro
para conocer a su madre que ¡Es ella!, se nos ha presentado
una curiosa historia de ciencia-ficción y si, por último,
él se nos convierte, ante la mirada aterrorizada de la chica,
en un señor con jersey de rayas rojas y negras y garras en
las manos, estaremos ante una de terror. ¡Eso sin contar que
canten mientras hablan! Eso sería, obviamente, un musical.
Así pues, es posible que no os
haya aclarado gran cosa, pero lo que quiero decir es que la invéntiva
puede ser infinita y cualquier situación imaginada puede
dar origen a toda una historia que ni siquiera esperabaís
que se os ocurriera.
Podremos señalar, entonces, que
un guionista debe de inventar historias y personajes; imaginar y
crear; adaptar y leer; describir como un ojo, señalar, destacar
y detallar como un dedo y sin olvidar el sonido, comentar lo escuchado
como un oído. Todos los sentidos deben encontrar su forma
de aportar detalles a la historia, y así crear el guión.
James
Lee Barlow
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